Mientras Édgar Valdez Villarreal se encontraba en la fiesta, también operaba en el paradisiaco puerto de Acapulco, donde su inteligencia en el mando lo hizo que pudiera formar sus propios brazos armados que estaban a cargo de su seguridad, así como sus socios principales.
Se trató de ‘Los Negros’ y ‘Los Pelones’, quienes se enfrentaron a diferentes grupos criminales ajenos a ‘La Federación’, entre los cuales estaban el Cártel de Golfo, así como su entonces brazo armado Los Zetas, con quienes tuvieron un feudo que duró más de un lustro.
“‘La Barbie’ combinaba la fiesta con sus actividades criminales, estaba a cargo no solo del transporte y tráfico de drogas, sino que había organizado grupos de sicarios terribles que combatían al Cártel de Golfo y a Los Zetas o a cualquier otro enemigo de La Federación, los sicarios más sangrientos eran ‘Los Negros’ y ‘Los Pelones’”, narró la periodista Anabel Hernández en su libro ‘Emma y las otras señoras del narco’.
Cabe mencionar que ‘El Güero’ era uno de los principales encargados en el tráfico de drogas, las cuales llegaban a través del puerto para después ser enviadas vía terrestre hacia Estados Unidos, recorriendo gran parte de la república mexicana.
“Las fiestas que ‘La Barbie’, su suegro y sus socios organizaban, no conocían límites, había droga, sexo, intercambio de mujeres y orgías, ‘El Charro’ en particular consumía mucha cocaína”, se lee en la obra de la también escritora.
Mientras tenían reuniones dentro de algunos centros comerciales, llegaron a organizar fiestas en las que no había límites, pues las drogas eran constantes, el sexo de la misma forma, así como el intercambio de mujeres y orgías.
‘La Barbie’ iba a ser asesinado por dos mujeres
De acuerdo con la periodista Anabel Hernández, Édgar era una persona que vivía en los excesos, motivos por los que en más de una ocasión su vida corrió peligro, como en aquella ocasión en la que sus enemigos le enviaron a dos mujeres para que lo sedujeran y posteriormente lo mataran.
“‘La Barbie’ sedujo a las dos mujeres y después se las llevó, ellas cargaban una granada y una pistola en la bolsa de mano, el plan no funcionó y fueron descubiertas”, se lee en la obra de Hernández.
Al ser descubiertas las féminas, las enviaron de regreso a Tamaulipas, pero antes las tuvieron privadas de su libertad para sacarles información, sin torturarlas, ni violarlas, debido a que la organización tenía prohibidas esas acciones.
“‘Las llevamos a una casa donde estuvieron una semana encerradas, les sacamos información, no las torturamos, ni nada, de hecho un sicario quiso violar a una y le metieron una paliza y lo amarraron una semana. Nosotros no hacíamos eso’, narró”, fueron las palabras de un colaborador de ‘El Güero’.