¿Las hojas de rábano se comen? Estos son sus beneficios y cómo pueden prepararse

Aunque usualmente solo lo vemos como complemento mínimo de algunos platillos (como en el caso de México, en el pozole que se corona con esta hortaliza), el rábano es uno de los mejores alimentos que está al alcance de todos. En mayor medida se usa la raíz del rábano (que es la parte entre roja y rosa), sus hojas también son valiosas y una fuente importante de nutrientes.

Pese a que no son especialmente utilizadas en la cocina, las hojas del rábano tienen un sabor suave que hace que vayan bien en diversos platillos, muchas ensaladas y distintas preparaciones.

De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), se conocen seis tipos de rábano, pero el que se cultiva es el de nombre científico de Raphanus sativus.

Hasta 2017, en México la producción anual de rábano era de más de 64 mil toneladas, y destacan Puebla, Baja California y Jalisco como líderes en este cultivo y cosecha con un conjunto del 88%, es decir 57 mil toneladas al año.

Aunque el sabor del rábano suele ser un poco picante en ocasiones (se puede refrigerar o cocer para reducir ese sabor), las hojas de este tubérculo tienen un sabor suave, similar al del kale. Las hojas del rábano pueden consumirse crudas o ser cocinadas de forma similar a las de espinaca. También pueden hacerse en infusiones y guisos.

Las hojas del rábano pueden aportar vitamina C, con lo que se reducen los problemas de urticarias y artritis; el caldo de su cocimiento es un excelente auxiliar en enfermedades respiratorias y desordenes gástricos. Cuenta con propiedades colagogas y coleréticas, lo hacen un alimento adecuado para la salud del hígado, y por ende en casos de insuficiencia hepática e ictericia.

En las hojas también se alberga una importante cantidad de fibras y proteínas, así como de hierro y yodo; estos últimos minerales ayudan a la producción de hemoglobina de la sangre y de la mioglobina de los músculos, así como al buen funcionamiento de la glándula de la tiroides.

Las hojas de rábano podrían ayudar a facilitar la digestión, pues algunos estudios realizados en animales apuntan que su contenido de fibra podría otorgar este beneficio a los humanos también.

En ese sentido, una investigación de Food and Agricultural Organization of The United States comenta que el consumo de esta parte del alimento puede mejorar la función gastrointestinal y el metabolismo de la grasa.

Debido a su alto contenido en vitaminas A, B3 y C, estas pueden ser consumidas por personas con diabetes. De hecho, varios estudios sugieren que su contenido de vitamina A es mayor al de la leche, mientras que la vitamina C está más presente que en los cítricos.

La raíz del rábano, que es la que habitualmente se consume, suele comerse cruda en ensaladas, como acompañamiento de algunos platillos o hervido para hacer té. Sin embargo, sus hojas pueden tener un poco más de presencia culinaria, ya que no solo se limita a ensaladas.

Aunque se puede mezclar con lechugas, espinacas o kale, las hojas de rábano también pueden utilizarse para hacer sopa: ya sea en combinación con otras verduras o sola dentro de algún caldo.

Debido a su similitud con las espinacas y el kale, estas hojas pueden incluirse también en jugos y licuados para incorporar su ingesta a las comidas del día. Ya que su sabor es suave, será difícil notar su presencia en las mezclas.

También pueden hacerse en tortillas al mezclarse con la masa (como se hace con las hojas de epazote), o licuarse y utilizarse para darle color a la harina que se utilice. Una variante de las tortillas es utilizarla en la mezcla para crepas, que suelen hacerse con huevo y algún tipo de harina.

Uno de los usos más sencillos para incorporar hojas de rábano a la alimentación es saltearla junto con otros vegetales, a los cuales puede agregarse solo sal y las especias que se deseen para condimentar.

El consumo de hojas de rábano no es nocivo para la salud, sin embargo, puede irritar el estómago al igual que lo hace la raíz del tubérculo.

Las mujeres en estado de embarazo o lactancia deben consultar con su médico si pueden consumirse, ya que no existe suficiente información sobre sus efectos en estos periodos.

Debido a que disminuye los niveles de azúcar en la sangre, las personas con hipoglucemia deben abstenerse de ingerirlo en exceso. De la misma forma, si se sufre de cálculos biliares se debe tener cautela en el consumo de esta alimento, ya que aumenta el flujo de bilis, lo que puede ocasionar dolor repentino debido al bloqueo de los cálculos.