El 5 de febrero de 2008 debutó al aire La Rosa de Guadalupe, que a la fecha se ha consolidado como un referente de la televisión hispanoamericana y ha mantenido un notable nivel de audiencia en México y los más de 15 países a donde es exportado por Televisa.
Esta noche, 17 años después, el milagroso unitario que retrata problemáticas sociales a manera de tragicomedia que serán resueltas con fe y un “airecito” de esperanza celebra una nueva temporada de transmisiones.
Uno de los productos más vistos en el continente, que ha sido galardonado con el premio NATPE como el programa más exportado, llegando a Argentina, Bolivia, Canadá, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominica y Venezuela, es inevitable pensar en el impacto en audiencias masivas sólo precedido por Chespirito y sus personajes.
Infobae México platicó con Miguel Ángel Herros, productor ejecutivo de la serie que hoy cuenta con 1960 capítulos en los que han participado más de 6,500 actores, sobre su relación con Roberto Gómez Bolaños, quien es su par en cuanto a impacto en millones de televidentes en la pantalla chica continental.
-¿Cree usted que La Rosa de Guadalupe tenga mayor penetración en el gusto del público actualmente en Latinoamérica, que los programas de Chespirito?
“No competían entre sí, no podríamos competir, Roberto fue una base del Canal 8″, dijo enfático el señor Herros, quien pudo trabajar con el fallecido cómico y dramaturgo en los inicios de su carrera y así lo recordó.
“El gran reconocimiento que se le ha hecho a Roberto Gómez Bolaños ha sido espléndido porque lo merecía. El primer programa que dirigí y produje para una agencia de publicidad en la que trabajamos la mayoría de los productores que seguimos en la televisión, y las agencias eran las que traían los patrocinios a las televisoras”.
Se trata de la agencia publicitaria D’Arcy, donde Chespirito se desempeñaba como redactor creativo, y eventualmente participó como actor en los sketches con que vendían publicidad de sus clientes.
“Dirigí y produje Cómicos y canciones, el primer programa que me dejó Guillermo Núñez de Cáceres, quien empezó a trabajar con Chespirito, y al cuarto año de asistente de los cuatro productores de Publicidad en la agencia, me dijeron ‘hoy te vas a sentar ahí, tú eres el responsable de este programa’”, recordó.
El hombre que tuvo la visión de llevar a la pantalla chica un programa que promueve el culto católico por medio de una historia que retrata vidas cotidianas con las que el público se puede identificar, recordó el genio que desde siempre mostró el creador de personajes como “Chómpiras” y “El doctor Chapatín”.
“Roberto Gómez Bolaños era el director escénico de los programas de Viruta y Capulina y a él lo dejaban actuar una vez al mes o una vez cada dos meses porque Roberto escribía, y yo tomaba notas para llevar el script. Tenía toda la creatividad, la gran agilidad que tenía por ser tan delgado y jugaba al futbol, sus películas fueron de futbol, y partidario del América”.
Sobre el tono esperanzador y coloquial que se le da a la serie, a juego con las tramas del “rey del humorismo blanco”, Herros enfatizó que se pueden retratar problemas crudos y temáticas diversas, siempre y cuando se adapten al formato del programa.
“Algunas dramatizaciones son fuertes y afortunadamente el rating no se cae y seguimos teniendo todo tipo de edades, niñas y niños que están pegados con sus papás, lo comparten y los niños se atreven a preguntar de sexualidad, antes no podíamos hacerlo con esa facilidad con nuestros padres”, destacó.