Murió Gina Montes, la exótica vedette de La Carabina de Ambrosio

La bailarina de origen brasileño hizo época en la televisión mexicana durante los 70 y 80 con su característico baile

El deceso de la bailarina ocurrió el pasado 27 de enero (Foto: Archivo)

Este lunes 5 de febrero se reportó el fallecimiento de Gina Montes, ocurrido en la ciudad de Nueva York, donde residió sus últimos años. La recordada bailarina y modelo que alcanzó la fama en el programa La Carabina de Ambrosio murió el pasado 27 de enero de 2024 derivado de complicaciones del cáncer que enfrentaba.

Así lo dio a conocer la periodista María Luisa Valdés Doria. “Gina Montes vedette, falleció el 27 de enero en Nueva York a los 71 años, de cáncer... descanse en paz”, escribió la comunicadora.

Tampoco se revelaron los detalles del cáncer que la bailarina mantuvo en bajo perfil y lejos de los reflectores, y que se especula llevaba tiempo deteriorando su salud.

Gina llegó a México procediente de Brasil a mediados de los 70 (Foto: Tumblr/México Por Siempre)

Quién fue Gina Montes

Regina Inés Barbosa Govea, su nombre completo, heredó el gusto por el baile de sus padres, su papá, el músico Milsiño Govea Pereyra, y su mamá, que fue actriz cómica de teatro.

Ya a sus 15 años, Gina presumía un cuerpo estilizado por el ejercicio y el baile, y su atractivo físico fue su mejor carta de presentación para desarrollarse en el medio artístico.

Fue en 1976 cuando junto a su hermana Mimí viajó a México a buscar oportunidades, siendo que poco después su hermana se regresó a Brasil a cuidar a su madre, que cayó enferma, y Gina permaneció en el país, donde en 1978 ingresó a las filas de Televisa como parte de La Carabina de Ambrosio, donde su figura se inmortalizó al lado de personajes como Gualberto Castro, César Costa y Beto El Boticario.

La bailarina abandonó el medio artístico cuando dio a luz a su hija Judith (Foto: Youtube/Melissa Saucedo Gonzalez Video - Gina Montes en Nueva York)

Gina Montes acuñó al aire frases como “Denankiu”, pues sus participaciones en La Carabina de Ambrosio eran limitadas, pues la vedette no sabía hablar mucho español.

Gina creó su exótico personaje por lo que solicitó a la producción llamativas pelucas y atuendos exuberantes, pues, en sus palabras, “no le importaba si fuera un segundo, un minuto, una hora, quería brillar”. “Yo lo que quería era sobresalir, que me vieran; entonces me preparaba durante toda la semana para ese momento. Y cuando llegaba la hora de decir: “denankiu”, pues me salía del alma y el corazón”, dijo en el canal del comediante Alejandro Suárez.

Su característico baile marcó toda una época en la programación de Televisa (Foto: Tumblr/México Por Siempre)

Aunque su salida del programa en 1985 dejó espacio para especulaciones -una de ellas era su rumorada relación con el jefe de la policía El Negro Durazo- la verdad es que Gina decidió embarcarse en una nueva aventura: la maternidad.

Su vida cambió por completo cuando dio a luz a su hija Judith, a quien procreó junto a Carlos Macías, músico del programa, y dejó atrás los reflectores para dedicarse a su vida en familia.

Usuarios de TikTok han puesto de moda el baile de Gina Montes de La Carabina de Ambrosio con sus perros

Sobre su rumorado romance con El Negro Durazo, Gina dijo que nunca accedió a sus cortejos. “Me daba joyas, me daba muchas flores, me trataba muy bien, era muy linda persona, íbamos a buenos restaurantes, aunque nunca medio para mi casa”, dijo la famosa en entrevista para TV Azteca.

La bailarina fue vinculada erróneamente con "El Negro" Durazo (Fotos: Twitter @sheko_lopez/ Archivo)

Al paso del tiempo, se conoció que Gina crió a su hija por su propia cuenta, y estando en Nueva York buscó la manera de darle a Judith una vida digna.

En entrevista con Televisa Espectáculos, Gina reveló que nada de lo que se llegó a decir sobre ella y su retiro había sido verdad. ”No he estado en mafias, no he sido secuestrada ni he estado loca, y sí en mis cinco sentidos, trabajando para salir adelante en la vida.”

Montes contó que en su momento se empleó varias veces como sirvienta y no sentía pena de decirlo. “Me fui a vivir a Nueva York. Allá trabajé en cosas que jamás imaginé. Fui chofer, cocinera, bordaba ropa, en fin, aprendí mucho y tuve la fuerza necesaria para trabajar y sacar adelante a mi hija”.