Mario Cárdenas Guillén, quien fuera líder del Cártel del Golfo, ha sido condenado a 14 años y 5 meses de prisión por un tribunal del Distrito Este de Texas en Estados Unidos.
La sentencia se deriva de los cargos por conspiración para distribuir y poseer cocaína con la intención de introducirla al territorio estadounidense. Esto marca un capítulo más en la extensa historia judicial de uno de los nombres más notorios del narcotráfico.
El proceso legal de Cárdenas Guillén en Estados Unidos refleja el continuo esfuerzo de cooperación internacional en la lucha contra el narcotráfico, especialmente resaltado con su extradición en mayo de 2022, cumpliendo el Tratado de Extradición entre México y Estados Unidos.
Esta cooperación culminó con la captura de Mario en 2012 en Altamira, Tamaulipas, donde fue detenido por elementos de la Marina-Armada de México, destacando su posición como uno de los cabecillas del Cártel del Golfo tras la captura de su hermano Osiel y la muerte de ‘Tony Tormenta’.
La relevancia de Mario Cárdenas Guillén en el esquema del narcotráfico queda evidente no solo por su reciente sentencia en Estados Unidos, sino también por su condena previa en México de 20 años de prisión por delincuencia organizada.
Esta serie de eventos judiciales pone de manifiesto el compromiso de ambos países en el desmantelamiento de las redes de narcotráfico que operan a través de sus fronteras. En el contexto familiar, se menciona la situación de su hermano Osiel, quien está programado para salir de prisión en agosto de 2024, antes de completar la totalidad de su sentencia de 25 años.
La sentencia de Mario Cárdenas Guillén en una corte estadounidense subraya no sólo las consecuencias legales para los involucrados en el narcotráfico sino también el mensaje claro de que la justicia, aunque tardía, es inexorable.
El pasado 4 de enero, en redes sociales comenzó a circular una fotografía de Osiel Cárdenas Guillén, quien fuera líder del Cártel del Golfo y a quien se le atribuye la creación de Los Zetas.