La emergencia de la vida y el problema de la libertad

OPINIÓN I Analizamos una tesis que asusta, pues implica que todas nuestras acciones están escritas en un libro virtual, cosmológicamente primigenio

Arian Rodríguez Benitez, BUAP (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla) Foto: (Cortesía del autor)

Un reciente artículo de space.com 1 , especula acerca del comienzo de la vida. El texto propone la siguiente tesis: “La vida hubiera sido posible desde el comienzo del propio universo”. Reflexionemos al respecto y entendamos que puede significar e interesar dicha afirmación en nuestra vida diaria.

El universo es indudablemente viejo, y más allá de ocasionales y apocalípticas noticias de meteoros y llamaradas solares, poco afecta al profano en temas científicos. El surgimiento de la vida en la tierra, por otra parte, es una diminuta fracción de su historia. La Astrobiología, ciencia que estudia la vida en el espacio, afirma la posibilidad de formas vivientes muy diferentes a las que conocemos.

Para estudiar el problema, la biología debe reducir el concepto de vida hasta sus bloques más elementales, que en este caso son cuatro elementos: Hidrógeno, Oxígeno, Carbono, y Nitrógeno. Por ello, y de existir dichos elementos, la vida sería posible. Y es acá donde emerge la médula cotidiana del asunto: el reduccionismo es una afrenta aparente a la libertad.

Considere, lector, el siguiente análisis: si la vida se reduce a combinaciones de estos cuatro elementos, entonces desde el momento de su existencia están dadas, como posibilidad, todas las combinaciones posibles, que incluyen todas las decisiones que hacemos en nuestra vida. Evidentemente, la vida es más compleja y necesita de otros componentes, pero todos pueden ser reducidos al caldo cósmico primigenio en donde primaban estos cuatro.

(Imagen Ilustrativa Infobae)

Entendamos entonces lo atemorizante que puede resultar dicha tesis, y como puede afectar el problema de la libertad: En la vida en democracia, nos consideramos libres, y el elemento central de esa libertad es la libre elección. Sin embargo, ¿acaso esa libertad no puede ser una de las infinitas combinaciones posibles de estos cuatro elementos?

Visto así, es una tesis que asusta, pues implica que todas nuestras acciones están escritas en un libro virtual, cosmológicamente primigenio.

Pero propongamos la tesis contraria, ¿acaso esta visión no es lo que nos une con el otro? En efecto, el sumo sentido de la libertad es el respeto al otro, a su proyecto de vida; de ahí que un punto común inicial implica un momento de comunidad, una atadura a la naturaleza, a nuestro prójimo, y al respeto por la otredad.

(Imagen Ilustrativa Infobae)

Comúnmente asusta, sobre todo cuando se discute en filosofía, el hecho de que toda nuestra vida pueda ser reducida a átomos, porque los átomos no pueden explicar la libertad. Consideran entonces que el inicio de la vida implica que emerge en el mundo algo nuevo que no existía. Ya sea un nuevo sistema no reductible a sus elementos, o sea el alma, creemos que con la vida ha brotado una melodía que dinamiza el silencio cósmico.

Pero el fundamento verdadero de la paz es la igualdad de posibilidades y condiciones.

Un origen humildemente elemental permite eso, pues implica que existe una unidad común que no solo une a todos los seres vivos, sino que nos une con el universo. Por ello, el fundamento del cuidado de sí, del respeto al otro, sus decisiones y su proyecto de vida, implica el reconocimiento tácito de que existe una matriz común que nos hermana.

Una persona encuentra paz interior mientras medita, inmersa en un fondo abstracto de una galaxia brillante. Esta experiencia de conciencia y zen refleja una profunda conexión con el universo. (Imagen ilustrativa Infobae)

De ahí el carácter liberador del proceder científico: el método científico y sus resultados siempre permitirán un eje común para cualquier negociación de conflictos. Entender que realmente la vida, es una lección de humildad que nos permite acotar nuestra realidad, así como comprender que nuestras diferencias no son tales. Sino que en estos cuatro elementos está todo contenido, invito a entender, justamente, lo contrario. Ante las diferencias, pensemos en aquello que nos une, infinitamente más grande que las nimiedades que nos diferencian.

1 “Life might have been possible just seconds after the Big Bang”, del 10 de diciembre de 2023.

Arian Rodríguez Benitez. Filósofo, columnista e investigador. Máster en Ciencias Sociales, actualmente cursa el Doctorado en Filosofía Contemporánea de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Sus principales temas de interés son la Filosofía de la Ciencia, el Psicoanálisis y la Estética. Sobre sus artículos publicados: https://buap-mx.academia.edu/ArianRodriguezBenitez

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