Quién es el dueño de la casa habitada más antigua de la Ciudad de México

La joya arquitectónica se encuentra en el Centro Histórico y se ha transformado a lo largo del tiempo

Esta es la casa habitada más antigua de la CDMX CRÉDITO: Instagram.com/casaseminario12

La capital del país es una de las ciudades con más carga cultural de todo el mundo. Por sus calles se cuenta más de una historia y sus edificaciones reflejan el pasado de México desde muchas perspectivas. Por ejemplo, la arquitectura que está presente en CDMX, especialmente en el Centro Histórico, es un reflejo de lo que ocurrió luego de que los españoles conquistaran la Gran Tenochtitlán, pues conserva su estilo novohispano.

Muchas casas y edificios tienen varios años existiendo y, pese a la modernidad y los cambios que experimentan las metrópolis como la Ciudad de México, siguen de pie. Otras, sin embargo, ya no existen, o han sido reemplazadas por edificaciones más contemporáneas.

Por otro lado, algunas de las casas más viejas de la CDMX, si bien continúan presentes, ya no están habitadas y han sido convertidas en museos con el fin de preservarlas en el tiempo, además de que pertenecen al gobierno. No obstante, hay una casa que, de hecho, sí que alberga personas, y es la más antigua que se tiene registro.

Aquí te contamos todo al respecto, incluyendo, por supuesto, quienes son los dueños de tan fabulosa edificación.

Seminario 12, la casa de los López Negrete Coppel

Así es por dentro la casa habitada más antigua de la CDMX CRÉDITO: Instagram.com/casaseminario12

Muy cerca del Zócalo Capitalino, y tan sólo a unos pasos de la entrada al emblemático museo del Templo Mayor, se encuentra la casa particular más vieja de la ciudad. Lleva el nombre de su ubicación: Seminario 12, y por supuesto, su fachada conserva el estilo novohispano que tanto caracteriza al Centro Histórico.

Esta hermosa casa pertenece a César López Negrete y a Carolina Coppel, quienes siendo caseros han entendido bien la importancia de su hogar. De hecho, la antigua dueña les encomendó la tarea de preservar el edificio para el futuro.

Entre los dos dieron vida a Seminario 12 para que recibiera huéspedes. Además, en la casa hay una sala de exposición artística, un restaurante y también se dan talleres de todo tipo. Seminario 12 es la casa más antigua de la capital del país.

Luego de años en las ruinas, este inmueble fue restaurado en 1988 por Mónica Baptista Barocio, egresada de la Academia de Bellas Artes de Bruselas que trabajó en su momento en el taller del famoso George Messens, restaurador.

¿Qué había en Seminario 12 antes de volverse casa?

Por supuesto, ser un hogar es tan sólo una etapa del edificio. Antes de que esto fuera así, Seminario 12 fue un convento del siglo XVII que se levantó encima de un templo ceremonial dedicado a Tezcatlipoca, importante dios para la cultura mexica.

Durante remodelaciones se encontró un altar tzompantli dentro de la antigua casa CRÉDITO: Instagram.com/casaseminario12

De hecho, en 1991, mientras se hacían remodelaciones de la casa, se encontró un altar tzompantli en el pórtico del inmueble.

Después de cumplir su tarea como convento, la casa se convirtió en una librería, pero no cualquier librería, sino la que fue la primera de contenido comunista en México y de toda América Latina. Llevaba por nombre Librería Navarro y nació a principios del siglo XX. Después, el edificio se convirtió en una fundación.

El templo que existía antes de Seminario 12

La casa fue construida donde se hallaba un importante templo a Tezcatlipoca, dios mexica asociado con una amplia gama de conceptos, incluyendo el cielo nocturno, los vientos nocturnos, las oscuridades, la tierra, las tempestades, la guerra, el destino y la adivinación.

La fachada de la casa habitada más antigua de la CDMX CRÉDITO: Instagram.com/casaseminario12

Su nombre se traduce comúnmente como “Espejo Humeante”, lo que refleja su asociación con el obsidiana, material con el que se fabricaban espejos y cuchillos ceremoniales. Tezcatlipoca era considerado un dios omnipresente y omnisciente, capaz de influir en muchos aspectos de la vida cotidiana de los mexicas, desde la fertilidad y la agricultura hasta la guerra y el sacrificio humano.

Era frecuentemente representado con un espejo en el pecho, símbolo de su atributo para ver todo, y se le atribuía la pérdida de uno de sus pies, reemplazado por un pie de serpiente o espejo. A menudo se le asociaba en rivalidad con otra importante deidad mesoamericana, Quetzalcóatl, en un simbolismo que reflejaba los dualismos presentes en la cosmología mexica.