Mientras algunos de los más reconocidos jefes criminales de México han sido abatidos durante intensos enfrentamientos con rivales o agentes federales, otros han caído como consecuencia de lo que algunos calificaron como una mala decisión.
Una tarde de domingo en el municipio de Progreso, Coahuila, se convirtió repentinamente en una escena de horror y violencia.
Aquel 7 de octubre de 2012, todo parecía transcurrir con normalidad. Las familias se dieron cita en un polvoriento estadio de béisbol para para disfrutar, como cada semana, un partido amateur. Aunque sólo había un juego programado, ese día hubo dos enfrentamientos.
El primero lo protagonizaron el equipo local de béisbol de Progreso y el conjunto representativo del municipio de Juárez. En el segundo, Heriberto Lazcano, alias ‘El Lazca’, líder de Los Zetas, confrontó —sin tenerlo previsto— a los agentes de la Secretaría de Marina (Semar).
Testimonios recabados por la prensa en aquel entonces, señalaron que fue alrededor de las 13:00 horas que ‘El Lazca’ o ‘El Z-3′ llegó al recinto a bordo de una Ford Ranger blanca de doble cabina junto con dos sujetos.
Estuvieron ahí un tiempo y, después, se retiraron para comer y comprar bebidas. El “error” de Lazcano, según declaraciones de quienes estuvieron ahí, fue que regresaron unos 20 minutos después a seguir viendo el partido.
Ese día, ‘El Lazca’ y sus acompañantes llevaban armas en la parte trasera de la camioneta que eran fácilmente perceptibles. Tal detalle fue lo que desató una serie de denuncias que llevaron a la Marina a presentarse en el lugar.
Cuando los uniformados llegaron al estadio, vieron la camioneta —involucrada en enfrentamientos anteriores— y trataron de inspeccionarla.
Lazcano se opuso al operativo y, según la versión oficial, ordenó que sus hombres respondieran con granadas. El ruido de las detonaciones interrumpió el júbilo del partido que, para ese entonces, seguía su curso.
En ese instante, ‘El Lazca’ y sus cómplices abordaron el vehículo y trataron de escapar. Durante la persecución, el jefe criminal utilizó su rifle R-15 modificado para disparar granadas en contra de los marinos.
Durante la refriega, las balas de los agentes alcanzaron al chofer de la camioneta, quien murió en el lugar. Al quedarse sin conductor, ‘El Lazca’ trató de huir a pie por la carretera, pero los fusiles de la Marina lo impidieron. Una bala en la cintura, una en el abdomen y una más en la nuca acabaron con su vida alrededor de las dos de la tarde.
Los cuerpos de Heriberto Lazcano y Adalberto Rodríguez, su chofer, fueron enviados a la Funeraria García para que se realizara la necropsia correspondiente. Ahí, el cadáver de ‘El Lazca’ fue fotografiado por agentes de la Procuraduría de Coahuila y el material fue entregado a la Marina a modo de evidencia.
Sin embargo, por la madrugada del 8 de octubre, un grupo de sujetos armados sometió al personal del establecimiento y se llevó ambos cuerpos a bordo de una carroza.
El robo fue reportado a las ocho de la mañana, casi seis horas después de que ocurrió. Las autoridades nunca pudieron recuperar los restos del jefe criminal.