Un nuevo y preocupante caso de intoxicación por drogas en un menor se registró en el Hospital Pediátrico de Sinaloa, poniendo en alerta a las autoridades estatales. El ingreso del pequeño, identificado con el nombre de Santiel “N”, de apenas dos años, detonó la activación de protocolos de emergencia médica y judicial. Situación que ocurrió a tan solo nueve días después de que otro infante fuera tratado por circunstancias similares en el mismo hospital.
Santiel, quien se encontraba jugando con sus seres queridos en una playa del recién constituido municipio de Eldorado, presentó síntomas graves de intoxicación. Sus familiares, reconociendo la gravedad de la situación, lo trasladaron con urgencia al nosocomio en la capital sinaloense, donde se confirmó la intoxicación por sustancias ilícitas. De inmediato, se efectuaron las pruebas de laboratorio pertinentes para determinar el tipo de droga ingerida.
La Fiscalía General del Estado, tras ser notificada, inició una investigación exhaustiva para aclarar cómo el niño pudo haber entrado en contacto con la droga y si hubo contaminación en algún alimento.
Este incidente ocurrió en un momento delicado, luego de reportarse que este el segundo caso en poco más de una semana. Un niño de cinco años, que padeció una intoxicación por metanfetaminas a principios de enero, fue ingresado bajo síntomas severos tras consumir, al parecer de manera accidental, frituras contaminadas en la localidad de El Diez, al sur de Culiacán.
La salud del menor está comprometida
Residentes y autoridades se encuentran consternados ante la sucesión de estos hechos. El equipo médico que atiende a Santiel está comprometido en estabilizar su estado de salud, mientras que la entidad fiscal avanza en sus indagaciones.
Los primeros reportes confirman que el otro menor involucrado dio positivo a metanfetaminas tras las pruebas de laboratorio, abriendo la puerta a una serie de interrogantes sobre la seguridad alimentaria y la exposición de los niños a estos peligros.
La comunidad sinaloense se ve sacudida por estos eventos, que han puesto en relieve los riesgos latentes en el entorno doméstico y social. Las investigaciones se hallan en curso para esclarecer los hechos, con especial atención a las cadenas de suministro de alimentos y las posibles brechas en la protección infantil.
La Fiscalía General del Estado ha expresado su firme compromiso en llegar a la raíz de estos sucesos y tomar las medidas necesarias para garantizar que no se repitan eventos de esta naturaleza que pongan en riesgo la salud y el bienestar de los menores en Sinaloa.