La vez que el Cártel Arellano Félix planeó explotar las instalaciones de un periódico en México

De acuerdo con los reportes, el también conocido Cártel de Tijuana atentó en contra de uno de los fundadores del diario y consiguió asesinar a su cofundador

Las instalaciones del semanario se ubican en Tijuana, bastión del Cártel de los Arellano Félix. Crédito: Especial | Maps

En 1989, las autoridades de México y Estados Unidos asestaron un duro golpe al narcotráfico. El 8 de abril de aquel año Miguel Ángel Félix Gallardo, fue aprehendido, lo que ocasionó la disolución oficial de su organización criminal: el Cártel de Guadalajara. Como sucede en otros casos, de los fragmentos de dicho grupo criminal nacieron dos grandes cárteles, el de Sinaloa y el de Tijuana. Este último fue protagonista de múltiples amenazas contra comunicadores y periodistas, algunas de las cuales se hicieron realidad.

Aunque hoy en día no ostenta el mismo poder que en sus primeros años de vida, el Cártel de Tijuana, también conocido como el Cártel de los Arellano Félix, se convirtió en una de las organizaciones más conocidas por la enérgica guerra que sostuvo contra el Cártel de Sinaloa, liderado en sus inicios por Ismael ‘El Mayo’ Zambada y Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.

También es identificada por la extrema violencia que desplegó en Baja California, su bastión, cuya población sufrió las consecuencias. Entre los afectados por la presencia del Cártel de los Arellano Félix se encuentra un periódico mexicano fundado en 1980, mismo que fue víctima de amenazas y ataques contra sus integrantes: se trata del semanario ZETA.

Así luce la fachada del diario fronterizo. (Crédito: Google Maps)

Atentados, asesinatos y amenazas con bombas: las veces que los Arellano Félix atacaron al ZETA

El diario fronterizo con sede en Tijuana y fundado por Jesús Blancornelas, Héctor Félix Miranda y Francisco Ortiz Franco ―y que circula en varias ciudades de Baja California como Tijuana, Tecate, Rosarito y Ensenada―, sufrió el primer ataque orquestado por los Arellano Félix en 1997.

Desde sus inicios, el semanario se ha caracterizado por cubrir noticias de crimen organizado, narcotráfico y corrupción, lo que causó el enojo de la principal organización presente en Baja California.

El peligro que enfrentaban quienes cubrían alguno de esos temas se hizo tangente luego de que Jesús Blancornelas fuera emboscado por miembros del Cártel de Tijuana tras publicar un artículo de Ramón Arellano Félix, principal líder de la organización.

En esta inquietante imagen, se presentan casquillos de bala usados esparcidos en el suelo, testigos mudos de un enfrentamiento reciente. - (Imagen ilustrativa Infobae)

Los reportes señalan que durante el ataque se detonaron más de 180 disparos en contra de Blancornelas, que pese al nivel de la agresión logró sobrevivir, aunque con graves heridas en el abdomen. Su chofer, Luis Valero Elizalde, no tuvo la misma suerte.

Siete años después, Francisco Ortiz Franco, cofundador del semanario ZETA se convirtió en la segunda víctima de los Arellano Félix. El 22 de junio de 2004, tres hombres lo interceptaron mientras conducía su vehículo en compañía de sus hijas, realizando únicamente tres disparos en su contra.

El asesinato de Ortiz Franco continúa impune, aun cuando en 2011 se dio a conocer que el responsable de dicho hecho había sido Javier Arellano Félix. Se informó que el crimen se presentó después de la publicación de un artículo de su familia, así como las primeras y únicas fotografías conocidas de todos los miembros.

La familia Arellano Félix (Foto: Especial)

La amenaza con bombas

Por su parte, la primera amenaza directa en contra de toda la redacción se registró el 25 de noviembre de 2016, luego de la publicación de la edición 2226.

Según narra la misma redacción, en aquella ocasión se publicaron varias fotografías y nombres de criminales más buscados en Baja California, entre los que se encontraban miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

En consecuencia, ZETA señaló que uno de los enlistados, Israel Alejandro Vázquez, alias ‘El 50′, ordenó a un grupo de sujetos atacar las instalaciones con granadas “a manera de escarmiento”.

La segunda se presentó el 5 de abril de 2017, cuando “un grupo binacional de inteligencia en la persecución del narcotráfico” alertó a los directivos del ZETA del peligro en el que se encontraban.

Según refirió el semanario, la amenaza provenía directamente de José Roque García, presunto líder de una célula del Cártel Arellano Félix. El objetivo de los criminales era claro: “acabar con el semanario ZETA” a través de una bomba que sería colocada en el edificio o cerca del mismo.

No obstante, ambos hechos fueron comunicados rápidamente a las autoridades y, tras ello, no se registró ningún incidente.