La madrugada de este lunes la nave Peregrine fue lanzada al espacio con el objetivo de llegar a la Luna. Esta misión lleva consigo cinco microrobots creados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en lo que fue denominado “Proyecto Colmena” y que marca la primera vez que México intenta llegar al satélite natural de la Tierra.
Sin embargo, horas después de haber registrado un lanzamiento exitoso la nave Peregrine ha comenzado a registrar un par de anomalías que ponen en riesgo la llegada histórica de México a la Luna.
La misión lunar privada liderada por Astrobotic, enfrenta una situación crítica tras sufrir una importante pérdida de combustible. Tras despegar exitosamente del Cabo Cañaveral, Florida, el lunes con su módulo lunar Peregrine a bordo del cohete Vulcan Centaur de United Launch Alliance (ULA), la nave no logró orientarse correctamente hacia el Sol, poniendo en riesgo la misión que marca el intento de Estados Unidos de retornar a la superficie lunar con un robot por primera vez en cinco décadas.
Los ingenieros realizaron una maniobra improvisada para corregir la trayectoria de Peregrine hacia el Sol y maximizar la generación de energía a través de sus paneles solares. Sin embargo, el fallo inicial resultó en una pérdida crítica de propelente (combustible), lo que podría llevar a la nave a una situación de “caída incontrolable” si no se soluciona en las próximas 40 horas, según el último informe de la compañía.
Astrobotic reveló que Peregrine presenta daños significativos en una capa exterior, evidenciados en una imagen capturada por una cámara de la nave. Este daño estaría asociado a la anomalía del sistema de propulsión.
La nave debe mantenerse en órbita lunar por varias semanas antes de su planeado alunizaje el 23 de febrero en Sinus Viscositatis. Solo la Unión Soviética, Estados Unidos, China e India han logrado misiones similares de alunizaje previamente.
Este revés representa un desafío para la estrategia de Estados Unidos de colaborar con empresas privadas, como parte del programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS), destinado a fomentar una economía lunar y reducir costes en misiones espaciales.
A pesar de los problemas, el director de la NASA, Bill Nelson, elogió el esfuerzo, destacando la importancia de la aventura espacial y el valor de las alianzas comerciales para futuras misiones Artemis y CLPS.
¿Qué pasará con la participación mexicana?
El Peregrine, un módulo de aterrizaje lunar, lleva consigo una serie de instrumentos científicos, entre ellos los microrobots de la UNAM, para investigar la radiación, la composición de la superficie lunar, procesos de evolución planetaria y más proporcionando información vital para futuras misiones tripuladas.
Entre los elementos cargados en la nave, se incluyen artefactos inusuales como un vehículo miniatura de la Universidad Carnegie Mellon, un bitcoin físico, y, desatando debates, restos cremados de expresidentes y ADN de figuras icónicas como Gene Roddenberry, el fundador de Star Trek, el célebre escritor Arthur C. Clarke, y hasta de un perro.
Colmena es un proyecto mexicano, el primero de su tipo en Latinoamérica, en el que participaron aproximadamente 250 estudiantes desarrollado en el Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX), del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.
Hasta el momento tanto la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), así como la Agencia Espacial Mexicana (AEM), han estado compartiendo la información de Astrobotic, aunque no han dicho nada sobre qué pasará con los microrobots si la misión finalmente es abortada, aunque se espera que haya un posicionamiento en las próximas 40 horas.
En tanto, Astrobotic dijo que trabaja con la NASA “para determinar el impacto de las cinco investigaciones científicas de la agencia a bordo de la nave espacial Peregrine”, entre ellas la mexicana.
El Proyecto Colmena es la primera de tres misiones espaciales, que complementado con las dos que se vislumbra le sucedan antes de 2030, buscan desarrollar una capacidad tecnológica única a nivel internacional, misma que México podría utilizar como herramienta para participar de manera futura en alianzas estratégicas en la Luna y asteroides en el marco del proyecto Artemis de la NASA, ya sea para investigación, prospección de recursos naturales o actividad de extracción minera, además de la construcción de estructuras y paneles.