México es una infinita fuente de riqueza cultura y un territorio plagado de zonas arqueológicas a lo largo y ancho de su territorio.

Y si bien existen algunas zonas que suelen ser más turísticas y conocidas mundialmente, como es el caso de Chichén Itzá o Teotihuacán , lo cierto es que existen muchas otras que, aunque poco conocidas, pueden ser tan grandes e imponentes como las más famosas.

En este sentido, muchas personas pueden pensar que la zonas arqueológicas más grandes del país es precisamente una de las más conocidas, o alguna otra como Monte Alban o Palenque; sin embargo, en realidad, es otra, poco conocida, la que ostenta este título.

Se trata nada más y nada menos que de una zona arqueológica ubicada en el estado de Puebla y que recibe el nombre de Cantona, la cual se localiza en el Valle de Serdán.

Y a pesar de ser la más grande en territorio, y de su importancia cultural para el estado de Puebla, tristemente se trata de una de las ruinas arqueológicas menos conocidas y visitadas del país Es por eso que aquí te contamos sobre ella, para que te animes a conocerla.

Caracterizada por sus peculiares edificaciones asimétricas, las cuales se desvían del patrón regular de construcciones y calles planificadas típico de otros sitios mesoamericanos, este rasgo se debe a la necesidad de adaptar sus estructuras al entorno irregular y escarpado, conformado por roca volcánica.

Para comprender su grandeza y su gran tamaño basta mencionar que este sitio, que llegó a ser la urbe más destacada del Altiplano en su época, está compuesto por aproximadamente 4,000 estructuras donde llegó a haber 2 mil 700 habitaciones en sus múltiples construcciones.

Dentro de estas construcciones, el uso de piedra fue esencial para erigir templos, calzadas sinuosas, calles con muros defensivos, así como pasillos y residencias interconectadas que conforman un complejo urbanístico único.

Además de su arquitectura, Cantona distingue por su concentración de espacios ceremoniales y políticos, entre los que sobresalen 27 canchas de juego de pelota, lo cual representa la mayor cantidad de estas edificaciones encontradas en un solo yacimiento arqueológico en México, testigo de la relevancia cultural y social que tenía este deporte ritual en la antigua ciudad.

Si bien algunos afirman que el nombre del sitio es Caltonac, palabra proveniente de los vocablos nahuas calli= casa y tonalli= sol, es decir, «casa del sol» no existe ningún documento antiguo que lo confirme y, además, este nombre contradice algunas de las reglas del náhuatl por lo que muchos especialistas descartan que este sea el verdadero significado del nombre.

Sin embargo fue designado en 1790 como Cantona debido a que algunas personas de la comunidad se referían a él como la lugar o zona del cantón, palabra que sí puede derivar de calli=casa.

Y pesar de que Cantona no es la zona arqueológica más conocida ni la más turística del país ha logrado ser catalogada por los expertos como la más grande debido a que se tiene registro de haber ocupado una de las regiones de territorio más extensas, de las cuales se estima que apenas han sido descubiertas y estudiadas a penas un 2%.

Esa información fue declarada por el Sistema de Información Cultural de la Secretaría de Cultura quien tiene registro de 453 hectáreas que fueron parte de la ciudad siendo que ninguna otra ha abarcado tanto espacio.

Además, como se mencionó antes, es la ciudad que posee la mayor cantidad de canchas de pelota en un mismo espacio, lo que puede darnos una idea de la dimensión de la capital.

Si deseas conocer este sitio arqueológico que ha sido menospreciado pero que tiene mucho que ofrecer te explicamos que para llegar a Cantona, se puede partir desde la ciudad de Puebla, desde donde el viaje tiene una duración aproximada de dos horas en coche.

Si se parte desde la Ciudad de México, el recorrido es de cerca de tres horas en automóvil, siempre y cuando las condiciones del tráfico y las carreteras lo permitan.

Acceder a la zona arqueológica de Cantona tiene un costo de $90 pesos por persona e incluye entrada al museo de sitio; es gratis para menores de 13 años, estudiantes, maestros y personas de la tercera edad; los domingos es entrada gratuita general.