Los Zetas, el cártel que operaba como franquicia, según las autoridades mexicanas

Los Zetas, quien a principios de la década de los 2000 era el brazo armado del Cártel de Golfo, comenzó a operar en México en forma de franquicia, según investigaciones de agentes mexicanos de inteligencia.

Este descubrimiento se dio luego de que los elementos policíacos detenían a soladados Zetas, que al verlos se percataban de que se trataba de hombres locales que se habían alistado para pertenecer a la banda.

El modo de operación era similar al de una conocida cadena de comida rápida que renta el derecho del nombre a algún empresario, a quien de la misma forma le capacitan a sus empleados.

“Cuando los policías detenían a soldados Zetas de la región, descubrían que muchos eran hombres locales que se habían alistado en las bandas del Noreste, los agentes mexicanos de inteligencia explican que las células Zetas son como las franquicias, como en el caso de las tiendas McDonald’s”, se lee en el libro ‘El Narco’ de Ioan Grillo.

El autor del libro, Ioan Grillo explicó que los reclutas locales reciben entrenamiento y las mejores marcas de la ‘empresa’, mientras que uno denominado segundo comandante ya puede dirigir su tiendita para la venta de droga, además de pagar cuotas al cuartel general.

“Los reclutas locales reciben entrenamiento y las mejores marcas de la empresa, luego un jefe local al que los Zetas llamaban segundo comandante, puede dirigir su propio punto de venta mientras paga las cuotas al cuartel general”, se lee en la obra de Ioan Grillo.

Esta era la forma de crecimiento de Los Zetas, quienes incluso fueron pioneros en el cobro de piso, debido a que no traficaban droga y de una forma tenían que buscar una fuente de ingresos para financiarse.

“Las nuevas células Zetas se enfrentaron con los sinaloenses y sus socios de todo México, la violencia llegó inesperadamente a la playa turística de Acapulco, los cadáveres se amontonaron en el estado vecino de Michoacán, un convoy de Zetas se desplazó algunos metros para llevar a cabo una matanza en el estado de Sonora, con intensificación de la guerra, se endureció la táctica”, se lee en el libro.

Con fin de obtener recursos de diferentes actividades, Los Zetas comenzaron a cambiar la modalidad para la siembra de marihuana, al cobrarle a los cultivadores por tener sus plantíos que posteriormente le vendían la cosecha a los traficantes.

“No había peleas por la marihuana, si querías cultivar mota, la plantabas y la vendías a los traficantes de la ciudad, así había sido siempre desde los años 60, cuando empezamos a cultivar nosotros, pero después aparecieron esos Zetas y dijeron que todo el que plantara marihuana debía pagarle”, relata el autor de la obra.