Miguel Ángel Félix Gallardo, fue uno de los fundadores del conocido Cártel de Guadalajara, que se desarticuló derivado de su captura en 1989, siendo el último de los líderes en ser aprehendido, pues Ernesto Fonseca Carrillo, ‘Don Neto’ y Rafael Caro Quintero, ‘El Príncipe’ ya estaban tras las rejas desde 1985.
‘El Jefe de jefes’ que tenía una buena relación con el entonces comandante de la Policía Judicial de México, Guillermo González Calderoni, vivió una de las peores traiciones que le costó su libertad, pues fue citado a un domicilio donde lo sometieron.
“Félix Gallardo recuerda que le pidió al policía que tampoco molestara a René Calderón, hermano de Inés, un operador del Cártel de Sinaloa que había sido abatidos por los hombres de González Calderoni durante un operativo en Culiacán”, se lee en el libro ‘Bienvenidos a Sinaloa’.
A través de un hombre que era conocido como Bobby Ramos, es que Calderoni y Félix establecían comunicación, pues el policía le avisaba cuando quería hablar con el capo, este le llamaba como parte de su seguridad.
“La relación se mantuvo relata Félix Gallardo, hasta que González Calderoni fue cambiado a Monterrey, la despedida se efectuó en la casa de Héctor Sánchez Landa, de vez en cuando Félix Gallardo y González Calderoni se comunicaban con un hombre identificado como Bobby Ramos, a quien el policía le avisaba cuando quería hablar con el capo, una vez avisado, este lo llamaba desde otro teléfono”, continúa el autor de la obra.
Fue el 8 de abril del último año de los 80 cuando Félix Gallardo llegó a la casa de Bobby Ramos y fue sorprendido por dos oficiales y después llegó González Calderoni para negar que lo conocía, por lo que a partir de ese momento se terminó la relación de amistad que llevaban desde hace varios años.
La dinámica se mantuvo así hasta el 8 de abril de 1989, cuando Félix Gallardo llegó a la casa de Bobby Ramos y minutos después entraron los agentes Cipriano Martínez Novoa y Roberto Sánchez, junto con otros policías más que tumbaron al capo de un riflazo, la mayoría de los integrantes del grupo de policías que detuvo ese día a Félix Gallardo lo conocían desde 1971 porque habían trabajado juntos en la Policía Judicial de Sinaloa”, se lee en la obra del periodista.
Tras ser negado por Guillermo González, Miguel Ángel fue subido a la fuerza a una camioneta para ser enviado a una casa de espionaje que tenía su ahora examigo que le comentó “que era una orden de arriba” que tenía que cumplir, y que hasta la fecha lo tiene tras las rejas por más de 34 años.
“González Calderoni entró minutos después de que sometieron a Félix Gallardo, tirado en el suelo, el capo le soltó, ‘¿qué pasó Memo?, la respuesta del policía fue, ‘no te conozco’. Los policías subieron al capo a una camioneta y lo llevaron a una casa de espionaje que tenía González Calderoni. ‘Discúlpame, pero esta es una orden de México y tengo que cumplirla, no tienes problemas graves, vas a salir pronto de la cárcel, yo te voy a ayudar’, le dijo el policía antes de hablar por teléfono con Javier Coello Trejo”, escribió Osorno.
Esto le hicieron a Félix Gallardo tras ser aprehendido
Durante un día entero, ‘El Jefe de jefes’ quedó en manos de los oficiales Manuel Pozos y Luis Manuel Palafox, quienes lo torturaron, le dieron toques y tehuacanazos con el fin de que aceptara sus culpas y confesara algunos crímenes.
“El día entero, el capo dice que lo pasó bajo torturas, toques y tehuacanazos que recibía de pie o sentado, dependiendo del ánimo de sus torturadores. Manuel Pozos y Luis Manuel Palafox, eran los agentes que encabezaban la sesión para conseguir declaraciones ministeriales que inventaban y querían que él ratificara y firmara”, relató el escritor de ‘Bienvenidos a Sinaloa’.