Cuidado con el Guadalupe-Reyes: cuáles son las bebidas que más dañan el hígado

En este importante órgano se produce la bilis

Este órgano ayuda a la filtración de toxinas en la sangre (Especial)

El hígado es uno de los órganos más importantes dentro del cuerpo humano debido que es el encargado principal de regular los niveles de sustancias químicas en la sangre, además de cumplir con una función

En este sentido, el hígado posee una vital función de desintoxicación del cuerpo.

Por su parte, la bilis producida por el hígado no solo contribuye al proceso digestivo a través de la descomposición de grasas, sino que también juega un papel clave en la eliminación de desechos metabólicos y otras sustancias tóxicas.

La eficiente regulación de este órgano, crucial para el metabolismo, asegura el balance y la homeostasis química esenciales para la salud general y el bienestar del individuo.

EL higado graso es una de sus principales enfermedades (Freepik)

Destacando su importancia sanitaria, la integridad funcional del hígado es indispensable para un sistema circulatorio saludable y eficaz, implicando un intenso proceso de filtrado continuo.

Asimismo, la insuficiencia hepática puede resultar en una alteración significativa de estos procesos, desencadenando un impacto negativo en múltiples órganos y sistemas. el mantenimiento de la calidad de vida.

¿Cuáles son las bebidas más dañinas para el hígado y por qué?

Alcohol

El consumo de alcohol representa un factor de riesgo significativo para la salud hepática. Al metabolizarse en el hígado, el alcohol incrementa los niveles de triglicéridos , lo cuál, a su vez provoca una disminución en los niveles de glucosa en sangre y un aumento de ácido úrico.

Estos procesos pueden conducir al desarrollo de afecciones hepáticas como la esteatosis (acumulación de grasa en el hígado), hepatitis alcohólica, fibrosis hepática y hasta cirrosis, que implican daños progresivos del hígado.

Los especialistas en nutrición advierten que no existe una categorización de tipos de alcohol ‘buenos’ o ‘menos perjudiciales’ para la salud. Tanto las bebidas fermentadas, como el vino, cava o cerveza, como las bebidas destiladas, entre ellas el whisky, la ginebra y el vodka, se procesan de igual manera en el hígado y representan riesgos similares.

El alcohol es el principal enemigo del hígado (Imagen Ilustrativa Infobae)

Bebidas azucaras

Quizá muchas personas no lo saben, pero el azúcar tiene el mismo efecto que el alcohol en el hígado, por lo la ingesta de bebidas azucaradas puede tener el mismo efecto en él que beber exceso de alcohol o incluso que comer alimentos grasos

Una investigación realizada por la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, Estados Unidos, indica que el consumo excesivo de azúcar es perjudicial para la salud del hígado debido a que el azúcar puede convertirse en grasa corporal y acumularse en el hígado, lo que puede llevar al desarrollo de esteatosis hepática no alcohólica, comúnmente conocida como hígado graso.

El azúcar genera grasa en el higado Fotos: Getty Images

Bebidas energizantes

Este tipo de bebidas, la cuáles suelen ser utilizadas cuando las personas desean mantenerse despiertas o una dosis extra de energía, no deben ser consumidas en exceso debido a que contienen diversas sustancias que pueden dañar varios órganos entre los que se encuentran hígado y riñones.

Una de estas sustancias que pueden encontrarse en estas bebidas es la B3, también conocida como niacina, puede causar daño hepático si se consume en exceso debido a que el hígado se forza en gran medida para procesarla y eliminarla cuando se encuentra en grandes cantidades.

Además, estas bebidas también contienen taurina y cafeína, las cuáles también pueden llegar a forzar el trabajo de este órgano.

Estas bebidas forzan al órgano (Foto: Twitter/HoraMatamoros)

¿Cómo saber si tenemos algún daño en el hígado?

De acuerdo con especialistas es posible que un hígado que no funciona de manera adecuada no muestre síntomas evidentes inicialmente. Sin embargo, existen signos que pueden indicar un mal funcionamiento hepático. Estos incluyen ictericia (coloración amarillenta de la piel y ojos), fatiga crónica, pérdida de apetito, hinchazón en piernas y tobillos, dolor abdominal, alteraciones en el color de las heces y la orina, y episodios de náuseas o vómitos.

Es fundamental prestar atención a estos síntomas, ya que podrían indicar una afección hepática que requiere evaluación y tratamiento médico. Reducir el consumo de azúcar y adoptar hábitos alimenticios saludables son medidas importantes para prevenir el daño hepático.