Botellas de tequila, artesanías mexicanas, latas de comida, materiales de construcción e incluso aparatos eléctricos. A lo largo de los últimos años, los cárteles de drogas han diversificado las técnicas con las que trasladan narcóticos de un país a otro, pero pocas han impactado tanto como la registrada hace más de una década por la Secretaría de Marina (Semar): el uso de cadáveres de tiburones para traficar cocaína.
Aunque este método ha sido identificado en más de una ocasión ―tanto nacional como internacionalmente―, México fue testigo de él por primera vez en junio de 2009, cuando elementos de la Armada recibieron el reporte de un cargamento sospecho. Los hechos se registraron en Puerto Progreso, Yucatán.
Según se dio a conocer mediante un comunicado de prensa, los infantes y personal de aduanas se encontraban revisando carga del buque ‘Dover Strait’, con banderas de Islas Marshall, cuando localizaron dos cargamentos en los que había tiburones congelados.
Para descartar que existiera alguna irregularidad, la Marina decidió hacer uso de maquinas de rayos X y perros entrenados, quienes al final confirmaron sus sospechas: dentro de los cuerpos que se mantenían a una temperatura de 27 grados centígrados bajo cero había al menos tres toneladas de polvo blanco.
La carga quedó bajo resguardo de la Novena Zona Naval, con sede en Yukaltepén, Yucatán, mientras que las autoridades comenzaron las investigaciones correspondientes para identificar el destinatario de la carga. Tiempo después, se dio a conocer que la embarcación provenía de Costa Rica; ¿pero quién fue el responsable?
¿Cártel de Sinaloa o CJNG?
Aunque las autoridades nunca dieron a conocer qué organización estaba detrás de dicho cargamento, de acuerdo con diversos reportes, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa han utilizado este método por igual.
El 21 de julio de 2023, la justicia estadounidense dictó cadena perpetua a Gerardo García Valencia, un importante miembro de ‘Los Cuinis’, identificado por EEUU como el brazo financiero del CJNG.
‘Lalo’, como también es conocido, es cuñado de Nemesio Oseguera Cervantes, alias ‘El Mencho’, y hermano de Abigael y José González Valencia, quienes también fueron detenidos al ser identificados como líderes de ‘Los Cuinis’.
De acuerdo con el Departamento de Justicia, Gerardo fue el principal líder de este grupo armado entre 2003 y 2016, por lo que se le responsabilizó de importar grandes cantidades de cocaína de Sudamérica, México y otros lugares a EEUU.
“González-Valencia invirtió y coordinó personalmente cargamentos de varias toneladas de cocaína para su importación a los Estados Unidos. Algunos de estos fueron interceptados, incluida la incautación de aproximadamente 280 kilogramos de cocaína de un semisumergible interceptado por la Guardia Costera de los EEUU y la incautación de 750 kilogramos de cocaína oculta en cadáveres de tiburones asegurados por las fuerzas mexicanas”, señaló en un comunicado el Departamento de Estado.
En su juicio, Gerardo también fue hallado culpable de ordenar homicidios de narcotraficantes rivales, además de usar y suministrar armas para promover las actividades del ‘cártel de las cuatro letras’.
Sin embargo, tres años antes, el periodista Salvador Soto García del diario El Universal reveló que el gobierno mexicano identificó que el Cártel de Sinaloa utilizaba la técnica ya referida al menos desde 2009.
“El Cártel de Sinaloa estuvo trasladando cocaína desde Costa Rica en tiburones congelados que eran rellenados con la droga y trasladados desde Centroamérica hasta el Puerto de Progreso, Yucatán, para después se transportados a Jalisco”, se lee en la columna El Cártel de Sinaloa y el caso Tiburón, publicada en octubre de 2020.
Acorde con la información proporcionada por el comunicador, el cártel realizó varias operaciones de esta manera a través de la empresa Corporativo Pesquero Velázquez, propiedad de Martín Velázquez Cuevas, quien fue detenido en 2017.