Este 10 de diciembre se reportó la repentina muerte de Consuelo Loera a los 94 años de edad. La madre de Joaquín Loera Guzmán, famosa por escribirle cartas al presidente para pedir por su hijo, murió en condiciones desconocidas hasta ahora, en una Clínica Privada de Culiacán Sinaloa.
Devota a Dios y a sus hijos, es lo que poco que se sabe que sí era la madre de uno de los narcotraficantes más famosos del país, quien en más de una ocasión pugnó por los derechos humanos de su hijo, dirigiéndose incluso al mismo presidente de la Nación, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
De su vida, su pasado, su infancia, sus dolencias y sus sueños hay muy poco, sobre su hijo, El Chapo, tristemente uno de los personajes más famoso del país, sobran artículos, libros, videos y reportajes; sin embargo, la historia de su origen más allá, en lo que respecta a la vida de sus progenitores, es desconocida.
¿Una típica madre mexicana?
De pocas entrevistas que algunos periodistas tuvieron la oportunidad de realizarle en vida, sobresale calificativos como “humilde”, “servicial”, y “hospitalaria”. Tanto estas descripciones como su aspecto y declaraciones sin duda hacen pensar en el perfil de una típica madre mexicana que da todo por sus hijos sin importar lo que tengan que sacrificar.
Las pocas luces sobre lo que pudo ser la vida de esta mujer está en Los Señores del Narco, la icónica novela de Anabel Hernández, dónde narra cómo fue que un pequeño y desnutrido niño de una de las regiones más pobres del país, se convirtió en un peligroso criminal.
Y lo que se dice concuerda con el perfil de la típica madre mexicana: casada con un hombre alcohólico, que aguantaba las múltiples infidelidades de su pareja, que tenía que buscar sus propios medios para alimentar a sus hijos mientras el esposo se gastaba todo en mujeres y sus vicios, que en esta caso era el alcohol y la misma droga que años después su hijo sembraría.
De acuerdo con palabras de María Antonieta Collins, reportera de Univisión que logró entrevistarla en el lujoso rancho que El Chapo construyó para ella en su natal Badiraguato, la mujer era famosa en el pueblo por ser hospitalaria, por curar a la gente y por ayudarlos siempre que necesitaban.
Incluso contó la anécdota de como la madre pidió a los soldados del ejercito que tuvieran piedad de los animalitos custodiados en un recinto incautado por el gobierno. “Solo pidió entrar para salvar a los animales, que ese estaban muriendo de hambre”.
Y es quizá la pobreza extrema en la que vivió, la violencia y la perdida de tres hijos a causa de la falta de recursos para alimentarlos lo que la convirtió en es madre que lo único que deseaba era no morir sin verlo.
Sobre los múltiples crímenes que su hijo, la mujer declaró una y otra vez que “las decisiones de los hijos son de ellos pero que una madre siempre es una madre” y bajo es consigna vivió hasta el último de sus días.