La época invernal ya llegó al país y con ello varias infecciones relacionadas con la disminución de la temperatura en el ambiente. Una de ellas es el virus sincicial respiratorio que puede parecerse a un resfriado común, pero podría traerte graves problemas si es que no se atiende de forma inmediata.
De acuerdo con datos del doctor Isaac Chávez Díaz, anestesiólogo egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los síntomas que causan estos microrganismos en un principio pueden parecer leves, bastante parecidos a una gripe normal.
Sin embargo, su fuerza puede ser tan grande que provoca neumonía, bronquiolitis e infección del tracto respiratorio inferior, padecimiento que año con año lleva a menores de edad en todo el mundo a ser hospitalizados de emergencia.
¿Cuáles son los síntomas?
El médico explica que entre los síntomas más característicos de una persona infectada por el virus sincicial respiratorio se encuentra la secreción nasal, pocas o nulas ganas de ingerir alimentos, tos, estornudos, silbidos por la dificultad para respirar y, en ocasiones, fiebre.
Todos ellos pueden presentarse en diversas fases, uno o varios a la vez y muy raramente todos al mismo tiempo en un solo individuo.
Para los bebés de 6 meses o menos, el VRS también se puede presentar con irritabilidad, mucho cansancio o la falta de actividad como jugar o hasta llorar, dificultad para poder respirar, sin apetito y apnea, la falta de respiración por hasta 10 segundos cuando el menor se encuentra durmiendo.
Por su parte, instituciones sanitarias advierten que los síntomas no se presentan de forma inmediata pues existe un periodo de incubación que se da entre el cuarto y sexto día después de que la persona se infectó y, si se trata de forma adecuada, puede incluso durar hasta 4 semanas con el padecimiento. Durante este periodo, el individuo se vuelve un agente contagioso, por lo que la propagación es muy común.
¿Cómo se contagia?
Al igual que enfermedades como el Covid-19, cualquier persona puede contagiarse si tiene contacto con manos, objetos o la segregación de líquidos contaminados, por lo que es recomendable continuar con el uso de cubrebocas y gel antibacterial para poder reducir la posibilidad de contagiarse.
Las personas menores de 1 año y los adultos mayores son los más susceptibles, no obstante, es importante conocer que no es exclusivo de ninguna edad y que los síntomas pueden variar dependiendo del individuo.