Durante su primer mandato como alcalde de Cuajimalpa, Adrián Rubalcava acudió a una tienda en el barrio de las Tinajas tras el reporte de un asesinato. Más tarde, su nombre apareció en la carpeta de investigación por actuar de forma indebida, según publicó el periodista Antonio Nieto en una columna para La Silla Rota.
La noche del 16 de mayo de 2013, un hombre identificado con el nombre de Edmundo fue atacado a tiros luego de que un sujeto le arrebatara de las manos un teléfono a su hijo.
Pocos minutos después, al lugar del crimen llegó Emmanuel Gómez Mejía, subdirector de Protección Civil de la entonces delegación Cuajimalpa. Instantes más tarde arribó Rubalcava junto con Francisco Lara Kuri, que en ese tiempo era el titular de Seguridad Pública.
Gómez Mejía entrevistó a la encargada de la tienda, quien le narró el intento de asalto que habían sufrido minutos antes. Cuando le comentó que contaban con cámaras de vigilancia que habían captado los hechos en video, Rubalcava entró al establecimiento.
El dueño de la tienda llamó al técnico que había instalado las cámaras para que pudieran ver el material. Sin peritos o algún otro miembro de la entonces procuraduría, el alcalde se acercó para conoce las grabaciones.
Los elementos periciales y el agente del Ministerio Público llegaron a la tienda hasta las 23:52 horas, más de dos horas después del asesinato. Debido a su forma de proceder, Rubalcava fue señalado de haberse entrometido en la escena del crimen.
Aunque en un momento la Procuraduría envió un desglose a Servidores Públicos por tal situación, esto se desestimó, ya que Rubalcava no fue acusado como sospechoso de ninguna conducta relacionada con el crimen. Sin embargo, sus funcionarios sí lo fueron.
La posible relación del crimen con Lenin Canchola
Según la averiguación previa consultada por Antonio Nieto, cuando Gómez Mejía vio los videos de la tienda identificó de inmediato al hombre que cometió el asesinato, pero decidió no decir nada hasta su comparecencia en el MP.
“[Lo] reconocí de inmediato como empleado de la delegación, el cual trabaja para Héctor Mauricio González González, jefe de Áreas Protegidas”, fueron las palabras del entonces subdirector de Protección Civil.
Posteriormente, se dio a conocer que este sujeto era cabecilla de Los Claudios, un grupo de choque usado por partidos políticos desde los años noventa para amedrentar y golpear a opositores. Esta estructura, además, estableció vínculos con Lenin Jonathan Canchola Martínez, uno de los principales narcotraficantes y generadores de violencia de la capital, líder de la célula de Los Malcriados 3AD.
Gómez declaró que no conocía el nombre del sujeto y brindó una descripción física que ninguna de las otras personas presentes al momento del crimen pudo constatar.
Sumado a ello, Kuri hizo todo lo posible para quedarse con los videos de la tienda. Le entregó una memoria USB al operador de las cámaras para que le diera una copia del material y este fuera borrado de la computadora.
Ante las inusuales conductas, el dueño del establecimiento tuvo que interferir para que el disco duro no le fuera entregado a Aldo González Loza, subdirector de Tecnología de Cuajimalpa.
Finalmente, el disco duro fue puesto a disposición del MP, pero la USB que estuvo en poder de Kuri y González jamás llegó a las autoridades.
El texto de Nieto retoma testimonios de exagentes de la Procuraduría que plantearon la hipótesis de que el pistolero pudo haber sido el propio Lenin Canchola. Sin embargo, esto no se pudo confirmar y el caso quedó sin resolver.