El mejor futbolista mexicano de los últimos tiempos es para muchos Rafael Márquez, el defensa que alcanzó la gloria en uno de los mejores 11′s del Barcelona y conquistó todo a su paso, pero que también tuvo una etapa de oscuridad cuando el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo vinculó con el narcotraficante Raúl Flores.
“El Tío” como se le conocía a Flores se declaró culpable ante la justicia de EEUU por ayudar a los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) a traficar cocaína hacia la Unión Americana.
Al narco detenido en 2017 se le detectaron casinos, clubs deportivos, bares e inmobiliarias con las que lavaba dinero para el crimen organizado, algunas de esas empresas estaban presuntamente relacionadas con Rafael Márquez y Julión Álvarez, aunque al final de la investigación el Departamento del Tesoro sacó al futbolista y músico mexicanos de la lista.
Quizá el caso más sonado de un futbolista mexicano vinculado con el narco es el del exportero del Monterrey, Omar “El Gato” Ortiz, quien llegó a vestir la camiseta de la Selección Nacional en la Copa Oro 2002.
Sin embargo, 10 años y una sanción por dopaje después, “El Gato Ortiz” fue detenido por la policía de Nuevo León y acusado del secuestro de por lo menos tres personas y asociación delictuosa con un grupo criminal ligado al Cártel del Golfo. En 2019 se le sentenció a 75 años de prisión.
Jared Borgetti, “El Zorro del desierto” -como lo inmortalizó Enrique Bermudes- tiene en su palmarés 46 goles con la camiseta de la Selección Nacional; lo que no le impidió recibir severas críticas por acudir a la fiesta de uno de los Arellano Félix.
El delantero mexicano que consiguió uno de los mejores goles de México en un mundial -frente a Italia y Gianluigi Buffon- apareció en la lista de invitados al cumpleaños número 63 de Francisco Rafael Arellano Félix, el hermano mayor de Benjamín Ramón y Enedina, los líderes del Cártel de Tijuana.
La fiesta con Borgetti y amenizada por el entonces vocalista de la Banda el Recodo -Luis Antonio López “El Mimoso”- pasó a las posteridad no por sus invitados, sino porque un hombre vestido de payaso se acercó lo suficiente al narco para darle cinco balazos que acabaron con su vida.
Narco y futbol
Quizá uno de los nombres más conocidos en el fútbol mundial sea el de René Higita, el mítico portero colombiano que pasó de sus famosas atajadas al “Escorpión” a ser vinculado a Pablo Escobar.
James Rodríguez, también tuvo su historia con Pabro Escobar; o al menos con su mano derecha, Gustavo Upegui, quien presuntamente le pagó un tratamiento de hormonas al que en algún momento portó el 10 en el Real Madrid y la Selección Colombiana.
Otros dos colombianos en la lista son Freddy Rincón y Albeiro Usurriega: el primero de ellos vinculado al narcotraficante Pablo Rayo, uno de los criminales más buscados de EEUU y quien tenía una empresa relacionada a Rincón, por lo que se le acusó de lavado de dinero.
El caso de Usurriega es distinto, el exdelantero fue asesinado en 1996 luego de que dos sicarios le dispararan por presuntamente relacionarse con una expareja de un líder criminal de Cali, Colombia.
Edson Cholbi, hijo de Pelé, fue detenido en 2005 por presuntamente ser parte de una red criminal dedicada al tráfico de drogas y lavado de dinero; a Mario Balotelli, la otrora estrella del Manchester City y la Selección Italiana fue señalado por vender droga en un barrio local; mientras que a José Luis Caminero, mediocampista español, lo detuvieron en el año 2009 cuando transportaba en su auto cerca de 60 mil euros procedentes de una red internacional de narcotráfico.