Hace más de tres décadas, el expresidente Carlos Salinas de Gortari inauguró la Autopista del Sol, que corre de Cuernavaca a Acapulco. Uno de los objetivos era reducir el tiempo de traslado entre la Ciudad de México (CDMX) y el puerto turístico de Guerrero. Sin embargo, conforme el paso del tiempo se ha convertido en un lugar estratégico para los grupos del crimen organizado.
También conocida como la carretera federal 95D, abarca una longitud de 367 kilómetros, pasando por ciudades como Chilpancingo. Se calcula que gracias a su construcción (iniciada en 1989 e inaugurada en 1993) se redujeron cerca de cuatro horas de trayecto entre la capital mexicana y Acapulco.
En el último par de años, los conductores de automóviles, tractocamiones y demás unidades de carga que pasan por esta autopista se han visto afectados por la presencia de grupos delictivos, los cuales se dedican a despojar de sus pertenencias a las personas que circulan por la vía.
El periodista Raymundo Riva Palacio dio a conocer que los poblados que antes eran frecuentados de manera regular, como Tres Marías y el restaurante Cuatro Vientos, se convirtieron en zonas clave para los llamados “halcones”, como se les conoce a los miembros delictivos encargados de la vigilancia y recolección de información para la comisión de delitos.
Estos informantes operan desde en Huitzilac y en los municipios de “Tierra Caliente” de Guerrero. “Tienen en el robo patrimonial y el secuestro una extensión de sus actividades de narcotráfico”, señaló Riva Palacio en su columna de Estrictamente Personal publicada en El Financiero, titulada “Aguas con la Autopista del Sol”.
Si bien el periodista de 69 años no informó cuáles son las células criminales que operan en la autopista, las autoridades han detectado la presencia de Los Ardillos, considerada como uno de los grupos delictivos más peligrosos de Guerrero.
El centro de operaciones de dicha agrupación se encuentra en los municipios Joaquín Herrera y Chilapa, principalmente. En sus inicios se dedicaron al secuestro y la extorsión, pero conforme el pase del tiempo han incursionado en actividades del narcotráfico.
En julio pasado, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, indicó que miembros de Los Ardillos eran los responsables de los bloqueos en la Autopsita del Sol y la retención ilegal de autoridades que se registró el día 10 de dicho mes.
“Los manifestantes se movilizaron para exigir la liberación de dos personas pertenecientes a una organización delictiva conocida como Los Ardillos, señalada, también, por la comisión de diversos delitos del fuero común y federal”, aseveró en la funcionaria en conferencia de prensa un día después de los hechos.
El tramo que va de Morelos a Chilpancingo, en tanto, fue controlado por el grupo criminal Guerreros Unidos durante seis años (de 2009 a 2015). Pero ahora la zona es disputada por otras dos organizaciones: La Familia Michoacana y Los Tlacos.
El 20 de febrero del año en curso, miembros de Los Tlacos incendiaron cerca de nueve locales del Mercado Baltazar R. Leyva Mancilla y el restaurante “El Marino”, localizado a un costa de la Autopista del Sol, en la zona norte Chilpancingo.
De manera extraoficial se informó que las posibles causas de los disturbios tuvieron que ver con el cobro de piso, otro de los delitos cometidos en la región. Pero los grupos criminales no serían los únicos que cometen ilícitos en la carretera, pues de acuerdo con Riva Palacio también están implicadas autoridades federales.
“Los nuevos factores que se han venido registrando (...) es la participación de la Guardia Nacional en la comisión de los ilícitos, que introduce a quienes viajan por las autopistas y carreteras del país a terrenos grises donde la línea entre policías y ladrones se está borrando, como lo estamos viendo en la Autopista del Sol”, detalló el periodista.