Qué es el captagón, la droga que amenaza el dominio del fentanilo

En 2021 la producción de captagón en Siria fue tres veces mayor al del fentanilo y todas las drogas de los cárteles mexicanos juntos, según un informe de Newsline Institute

Quienes la conocen la llaman la “cocaína de los pobres”, un medicamento que se prohibió en 1986 pero que a principios del nuevo milenio cobró gran relevancia entre los consumidores de drogas en Oriente Próximo y el Norte de Africa, tan letal y tan barato como el fentanilo, aseguran, aunque lo llaman captagón.

Se trata de un fármaco creado en la década de 1960 para tratar la hiperactividad y la narcolepsia; su compuesto principal es la fenetilina, capaz de provocar euforia, por lo que se popularizó entre las milicias del Estado Islámico en las últimas décadas.

El captagón volvió a sonar en las últimas semanas tras el hallazgo de píldoras de esta droga en los cuerpos de algunos militantes de Hamas capturados por el Ejército de Israel y el decomiso de 50 mil pastillas en la zona de la Franja de Gaza.

De acuerdo con el periodista israelí Yossi Melman que cita a fuentes de las Fuerzas de Defensa de Israel, durante los interrogatorios a los combatientes palestinos consumieron el captagón para “mejorar su desempeño y reducir la fatiga” en la guerra que enfrentan con las milicias de israelíes.

ARCHIVO - En esta fotografía divulgada por la agencia noticiosa oficial SANA, un soldado sirio muestra píldoras de la anfetamina Captagon el martes 30 de noviembre de 2021, en una zona rural de Damasco, Siria. (SANA vía AP, archivo)

¿Captagón pondrá fin a la era del fentanilo?

Aunque se trata de una droga que logró expandirse hasta Europa, lugar donde nació (Alemania), su consumo no se ha popularizado como el de otras drogas, incluido el fentanilo; sin embargo, entre 2018 y 2023 la Unión Europea (UE) reportó el decomiso de 127 millones de píldoras, 84 millones en un solo cargamento en Salerno, Italia.

Fuera de Europa se tiene registro de 160 ampolletas de captagón decomisadas en la localidad de Kennedy, Colombia. Las alertas del país sudamericano se activaron cuando en mayo pasado las autoridades confundieron la sustancia con fentanilo, aunque organismos locales les rectificaron que se trata de la también llamada “droga de los yihadistas”.

Aunque en las redes sociales de la Fiscalía General de Colombia se informó que el decomiso era fentanilo, “una droga que no se había visto en Colombia de esa manera, que se denomina en otros países como captagón.

Captagón, tan adictivo como el fentanilo

Debido a su producción con cantidades no controladas de fenetilina, el consumo de captagón puede provocar una fuerte adicción que ocasione problemas cardiovasculares y deterioro de las funciones cognitivas.

Un informe de la Universidad Pablo Olavide Sevilla documentó que su consumo también puede provocar depresión extrema, falta de sueño, intoxicación, aumento de la presión arterial, dilatación bronquial y supresión del apetito.

Respecto a su popularización y producción en Siria, el Newsline Institute señaló que se debe a las constantes sanciones internacionales impuestas contra el país árabe y cuyo gobierno vio en el captagón la salida financiera para hacer frente a la crisis económica que les impedía financiar la guerra que viven hace más de 10 años.

Además de fentanilo tambien fue hallada supuesta metanfetamina (Foto: FGR)

Aunque el régimen de Bashar al Asad ha negado el financiamiento detrás del captagón, su crecimiento exponencial bajo la inactividad del gobierno sirio posicionó su producción como “tres veces más grande que el de todos los cárteles mexicanos” en 2021, según Newsline Institute.

En ese mismo año una investigación de The New York Times reveló que en todo el mundo se decomisaron 250 millones de píldoras de captagón, una cifra similar a la decomiso de los cuatro años anteriores juntos.

Mientras el mundo entero voltea a ver a Estados Unidos por la crisis de fentanilo que ha cobrado miles de vidas, desde Europa alertan sobre la presencia de laboratorios para fabricar captagón fuera de Siria, la mayoría de ellos ubicados y desmantelados en Países Bajos; aunque el 80 por ciento de su producción sigue siendo en Oriente Próximo.