Los duraznos son una fruta originaria de China, donde era considerada como un símbolo de larga vida e inmortalidad. Esta fruta llegó al territorio mexicano junto a los españoles durante la Conquista y por tres siglos sólo fue cultivado en los jardines de la nobleza, fue hasta 1927 que comenzó su plantación con fines comerciales.
Los duraznos pertenecen a la familia Rosaceae, lo que los hace parientes cercanos de la mayor parte de las frutas más comunes: manzana, fresa, pera, membrillo, zarzamora, ciruela, cereza, frambuesa, etc; y también de plantas ornamentales como las rosas, de acuerdo con los daros compartidos por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
Se da en árboles que van de dos a cuatro metros de alto, y tanto sus ramas como su corteza son muy delgados, las flores del árbol son rosas y sus frutos son peludos, aterciopelados, suaves y jugosos.
De acuerdo con un artículo publicado por el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) titulado Guía Ilustrada de Plantas Medicinales en el Valle de México, algunos de los usos de las hojas del durazno son las siguientes:
- Baño posparto: se dan baños con las hojas y las partes más blandas de la planta, comúnmente se junta con capulín y epazote.
- Para tratar la tos, las flemas y la bronquitis: para ello se hierve la hoja y se toma en té, puede mezclarse con manzana.
- Se utiliza como antiparasitario: para esta función se hace jugo el fruto y se bebe en ayunas, también funciona la infusión de las hojas.
- Ayuda a tratar la disentería: se debe beber un té realizado con las hojas del fruto.
- Sirve para tratar el dolor de estómago: para ello se debe tomar un té realizado con las hojas, debe estar caliente y beberse por la noche.
- Ayuda a tratar problemas dermatológicos: se debe hervir el cogollo y la corteza de la planta, mismos que se ponen sobre el área afectada.
- Como auxiliar en el tratamiento de la tiña: para ello se debe beber el jugo del fruto, es decir, jugo de durazno.