Carlos Slim Helú es la persona más rica de México y de toda América Latina. El empresario, ingeniero de profesión egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es una de las personas más ricas del mundo, y según el último listado de la revista Forbes, cuenta con una fortuna de USD 90 mil millones.
En el mundo empresarial, Slim es un genio, de eso no hay duda, sin embargo, al parecer no se siente tan seguro de tener la misma fortuna en la política. Y es que según una columna del periodista Salvador García Soto, Slim Helú dijo no a la candidatura de la Presidencia de la República en 2018, cuando el ahora Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) encabezaba las encuestas y la oposición buscaba una salida desesperada para evitar que llegara a Palacio Nacional.
Según García Soto, cuando faltaba solamente un mes y medio para las votaciones presidenciales, el PRI y el PAN buscaron un último intento desesperado para evitar el triunfo de AMLO. Según su información, en la residencia oficial de Los Pinos, el Presidente Enrique Peña Nieto y su entonces secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, acordaron un plan para sustituir a Ricardo Anaya, que iba en segundo lugar en la contienda, para poner en su lugar a un candidato competitivo que pudiera quitarle la presidencia a López Obrador.
EPN y Navarrete Prida llamaron a Los Pinos a Santiago Creel Miranda para platicarle el plan y que convenciera a Anaya de declinar a favor de otro candidato. Creel escuchó la propuesta y preguntó quién sería el sustituto, a lo que el expresidente y su secretario de Gobernación le dieron la noticia de que tenían pensado al Ingeniero Carlos Slim Helú.
Peña Nieto se comprometió a que si los panistas convencían a su candidato de que renunciara a su candidatura, él hablaría con Slim para convencerlo de tomar su lugar.
Según el periodista, Anaya aceptó la propuesta, por lo que se pactó un encuentro entre Peña Nieto y Slim para darle a conocer la propuesta. Solamente tenían unas semanas para dar a conocer la sustitución de su candidato, por lo que tenían el tiempo encima.
En la reunión entre Slim y EPN se le dio a conocer al Ingeniero la propuesta, misma que escuchó entre interesado y sorprendido. Se dijo halagado, pero también señaló que era una decisión difícil y tenía que pensarlo y comentarlo con los accionistas de sus empresas y con su familia.
Peña Nieto aceptó darle unos días para pensar en su respuesta. El secretario de Gobernación le dijo a EPN que “depende de usted convencerlo”. A finales de mayo de ese año, volvieron a encontrarse en la residencia de Los Pinos, y Slim, tras haberlo consultado con sus amigos más cercanos, familiares y accionistas de sus empresas, decidió que no tomaría la oferta.
Esto, porque, a pesar de que valoraba y agradecía el ofrecimiento, no se sentía en condiciones de terminar el mes restante de la campaña, además de que sus socios y accionistas no estaban de acuerdo con la idea.