Llegada del CJNG y Cártel de Sinaloa a la CDMX disparó inseguridad en Tlalpan

Al menos cinco cárteles de la droga se disputan el control territorial de Tlalpan; aunque en toda la CDMX el número de organizaciones criminales es aún mayor

La organización criminal que encabeza Nemesio Oseguera Cervantes, alias "El Mencho", ha marcado en múltiples ocasiones su presencia en la capital mexicana (Infobae México / Jesús Aviles)

El último informe de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI reveló que los habitantes de cinco localidades del país se sintieron más inseguros durante el tercer cuatrimestre del año: León, Morelia, Uruapan, San Pedro Garza García y Tlalpan; esta última región bajo el asedio de cuatro organizaciones criminales que se disputan el dominio territorial.

Reportes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) identificaron desde el año 2020 la disputa de al menos cuatro organizaciones criminales que comenzaron a pelear por el control del sur de la Ciudad de México, especialmente Tlalpan: Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), La Familia Michoacana, Los Rojos y Los Guerreros.

Sin embargo, las detenciones, desmantelamientos de células criminales y enfrentamientos entre grupos rivales dieron origen a otras organizaciones que comenzaron a trasladar sus operaciones a la región, siendo el Cártel de Sinaloa (CDS) el más importante, aunque también se sumaron el Cártel de Tláhuac, Unión Tepito y la Anti Unión Tepito.

Aunque las autoridades capitalinas han insistido que en la capital del país solo conviven organizaciones dedicadas al narcomenudeo, sin una gran base de operación; una balacera en julio de 2022 ocurrida sobre la carretera federal México-Cuernavaca terminó con la detención de 16 sujetos que portaban uniformes con la imagen del Chapo Guzmán grabada en ellos y la leyenda “Fuerzas Especiales Comandante CDS”.

Percepción de inseguridad Inegi

En ese entonces las autoridades reconocieron que las células delictivas se disputaban una red de delitos que van desde extorsiones, narcomenudeo, tala clandestina, secuestros y cobro de piso.

En la zona también se han detenido a integrantes de “Los Rodolfos”, “Los Tanzanios”, “El Maestrín”, “Los Canchola” y “Los Mojarras”, pequeños grupos que operan en los límites de la Ciudad de México y Morelos, justo en los límites de la alcaldía Tlalpan.

Este incremento de organizaciones criminales provocaron que seis de cada 10 habitantes de Tlalpan consideraran como insegura la alcaldía, porcentaje que se incrementó en los últimos meses al pasar de 50.8 a 61.9 por ciento en un sólo trimestre.

CJNG anunció su llegada a la CDMX con videos

En 2019 el cártel de las cuatro letras difundió una serie de videos para advertir que ya se encontraban en la Ciudad de México. Hombres fuertemente armados y con chalecos antibalas con la siglas CJNG aparecieron por las calles de la alcaldía Gustavo A. Madero bajo la “promesa” de ofrecer protección a los pobladores.

Dos de los principales hechos en que sus integrantes estuvieron involucrados fueron los ataques contra ciudadanos israelíes en Plaza Artz Pedregal y el atentado contra el periodista Ciro Gómez Leyva.

Mapa del narcotráfico en CDMX (Foto: Sedena)

Otro de los grandes cárteles mexicanos que aterroriza a los habitantes de Tlalpan es La Familia Michoacana, cuya llegada se remonta hasta el año 2010, cuando dejaron Michoacán y buscaron nuevos horizontes por Guerrero, Estado de México y la Ciudad de México; en esta última se posicionaron en las demarcaciones de Milpa Alta, Tláhuac y Tlalpan.

A pesar de las negativas de las autoridades capitalinas en distintos sexenios, algunos de los criminales más buscados vivieron, se pasearon o cometieron sus crímenes en la capital del país. Desde Amado Carrillo Fuentes, Dámaso López, Ovidio Guzmán, Edgar Valdez Villarreal (La Barbie), El Mayo Zambada y Arturo Beltrán Leyva, todos aprovecharon la protección que les brindaba la Ciudad de México.

Y es que ante la llegada y presencia de más cárteles de la droga, las autoridades no dejaron de poner los ojos en las disputas de plazas regionales, donde la violencia era mayor, había ajustes de cuentas y asesinados y narcomensajes a diario; sin embargo, los pobladores sí sintieron esa presencia y cada día comenzaron a vivir más inseguros.