El gobierno federal ha puesto la mira en la organización de Los Chapitos durante el último año. Desde la detención de uno de sus líderes, Ovidio Guzmán -hijo del Chapo Guzmán-, hasta el arresto de uno de sus principales operadores en Sonora, Lamadrid “S”, capturado por la Secretaría de Marina (Semar) en Quintana Roo.
Eran los primeros días de enero cuando trascendió el “Segundo Culiacanazo”; en ese entonces personal del Ejército Mexicano identificó a Ovidio Guzmán circulando por calles de Sinaloa acompañado de civiles fuertemente armados que intentaron impedir su captura.
Al final de la jornada, el operativo dejó un saldo de 19 civiles y 10 militares muertos, en tanto Ovidio Guzmán fue trasladado al penal de máxima seguridad del Altiplano y posteriormente extraditado a Estados Unidos.
Después de la detención de Ovidio, uno de los objetivos prioritarios de las autoridades era Jesús Aurelio Ibarra Ramiro, mejor conocido como “Comandante Aurelio”, jefe de plaza de Los Chapitos en el Alto Golfo de California.
La caída del “Comandante Aurelio” en junio pasado provocó una ola de violencia en Sonora, donde La Chapiza se disputa el control territorial con las células delictivas fieles a Ismael El Mayo Zambada.
A estos nombres se suma el de Héctor Elías Flores Aceves, alias “El 15″ o “Pantera”, uno de los principales generadores de violencia en Quintana Roo, dedicado a delitos como secuestros, homicidios y extorsiones; además de estar íntimamente vinculado a Joaquín El Chapo Guzmán y sus hijos, Los Chapitos.
El último operador de La Chapiza detenido por autoridades federales cayó en Quintana Roo, aunque operaba en el municipio de Agua Prieta, Sonora. Según información de la Semar, Lamadrid “S”, alias “El Delta”, estaba al frente de una organización denominada “Los Paredes” cuyas órdenes directas venían de parte de Los Chapitos.
Asesinan a líderes regionales de Los Chapitos
A las detenciones de líderes de diversas facciones de Los Chapitos se suman las muertes de otras personas bajo el control de los hijos del Chapo Guzmán.
Apenas en julio pasado se confirmó el homicidio de René Garibay, presunto jefe de sicarios al mando de Los Chapitos en Baja California; René sería hermano de Luis Alfredo Garibay, “El Wicho”, lugarteniente del Mayo Zambada.
Apenas unos días antes asesinaron en Chihuahua a Melquiades “D”, conocido como “El Chapo Calín”, identificado como uno de los líderes del Cártel de Sinaloa en el estado; junto a ambos se encontraron chalecos antibalas con calcomanías con el número 701 y una pizza, ambas reconocidas alusiones al Chapo Guzmán y sus hijos.
Otro líder regional que cayó este año fue Luis Javier Benítez Espinoza, traficante de fentanilo por quien la DEA ofrecía una recompensa por un millón de pesos.
También conocido como “El 14″, Benítez Espinoza fue encontrado sin vida afuera de la Clínica ·36 del IMSS en Humaya, Culiacán. Según las autoridades norteamericanas era uno de los principales traficantes de fentanilo para la facción de Los Chapitos.
México y EEUU ponen la mira en Los Chapitos
Conviene recordar que las autoridades de Estados Unidos también colocaron la mira en el grupo criminal comandado por los hijos del Chapo Guzmán, al grado de sancionar a nueve personas vinculadas con ellos para traficar fentanilo y “otras drogas mortales”, señaló el Departamento del Tesoro en septiembre pasado.
Los sancionados son Jorge Humberto Figueroa Benítez, Leobardo García Corrales, Martín García Corrales, Liborio Núñez Aguirre, Samuel León Alvarado, Carlos Mario Limón Vázquez, Mario Alberto Jiménez Castro, Julio César Domínguez Hernández y Jesús Miguel Vibanco García.
Sin embargo, uno de los principales objetivos de la DEA es Óscar Noé Medina González, alias “El Panu”, incluido en la lista de los 10 más buscados y principal lugarteniente de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, el narcotraficante mexicano más buscado por EEUU y líder de Los Chapitos.