Así fueron los años de vida en México de la pintora surrealista Remedios Varo

Las pinturas de Remedios Varo se caracterizaron por la representación de mundos oníricos y personajes místicos

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La artista llegó a la
La artista llegó a la Ciudad de México en el año de 1941 tras huir de la guerra en Europa (Archivo Infobae)

A pesar de haber nacido en España, para muchos Remedios Varo es considerada una pintora mexicana, ya que gran parte de su vida y obra se gestó en nuestro país, principalmente en la Ciudad de México. Hoy, a 60 años de su muerte, recordamos cómo fue el paso de esta pintora por México y la manera en que su vida aquí influyó en su obra.

Al igual que muchos otros españoles, María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga, conocida como Remedios Varo, llegó a México huyendo de los horrores de la guerra.

Gracias a la política de acogida a refugiados, implementada por el entonces presidente Lázaro Cárdenas, Remedios pudo llegar a la Ciudad de México en el año de 1941 y fue aquí donde se estableció de manera permanente en compañía de su esposo, el poeta surrealista Benjamín Péret .

La artista y su pareja no tardaron mucho tiempo en integrarse al grupo de intelectuales de la época, algunos mexicanos y otros también exiliados que habían encontrado en México su refugio. Fue así como forjó amistad con personalidades como César Moro, Esteban Francés, Gerardo Lizárraga, Octavio Paz, Eva Sulzer y, especialmente, con Leonora Carrington.

A los pocos años de radicar en México, su primer matrimonio se disolvió y en 1952 volvió a casarse Walter Gruen, también exiliado, quién la apoyo para que pudiera dedicarse exclusivamente a la pintura.

Dicho apoyo rindió frutos pues en 1955 presentó en México su primera exposición colectiva en la Galería Diana y el año siguiente su primera exposición individual, la cual causó gran revuelo e hizo que las miradas se volcarán sobre ella.

Publicidad surrealista: la polémica colaboración de Remedios con la farmacéutica Bayer

Si bien es sabido que a su llegada a México la pintora se dedicó un tiempo a la publicidad, no muchos saben que durante un tiempo trabajo para la farmacéutica Bayer realizando imágenes publicitarias poco comunes en esta industria.

Durante este tiempo, Bayer encargó a la pintora una serie de imágenes que ilustraran algunos de los diferentes padecimientos que la farmacéutica combatía con sus medicamentos; sin embargo, a muchos sorprendió que Bayer accediera a usar las pinturas de Remedios, ya que estas se caracterizaron por ser crudas y de un toque surrealista poco común en la industria publicitaria.

En estas pinturas la artista
En estas pinturas la artista representó (en orden de aparición) el insomnio, la vejez y el dolor reumático (Archivo Infobae)

Durante un tiempo, Remedio viaja a Venezuela para un trabajo temporal; sin embargo, aunque ahí consigue reunirse de nuevo con su familia, México había robado su corazón pues hace todo lo posible para reunir dinero y conseguir un boleto de vuelta al país.

En el año de 1960 participa exitosamente en la Segunda Bienal Interamericana de México y para 1961 realiza su segunda y ultima exposición individual, esta vez en la Galería Juan Martín, en donde logra vender el total de su obra.

Aún en una etapa muy productiva de su vida, con algunos cuadros en proceso de ser pintados, el 8 de octubre de 1963, Remedios Varo fallece víctima de un infarto en la Ciudad de México, con tan solo 54 años de edad.

Un año después el Museo de Bellas Artes le brinda un homenaje el cual contó con una cifra récord de visitantes. Actualmente el Museo de Arte Moderno de nuestra ciudad alberga una de las colecciones más grandes de su obra.

Para muchos estudiosos de su carrera su vida en México fue determinante para la producción de su obra. Por un lado, coinciden en que México le brindó la estabilidad que requería para poder pintar, pues sus primeros años de vida estuvieron caracterizados por los desplazamientos y la huida. Por otro lado, fue aquí donde forjó una profunda amistad con Leonora Carrington, quien influyó en ella de manera positiva y la impulsó en todo momento para crecer y mejorar como artista.

Las pinturas de Remedios Varo se caracterizan por la presencia de mundos oníricos y personajes místicos, así como por plasmar en ellos la grandes inquietudes sobre la vida y la magia que la pintora solía tener.

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