Aunque enfrentarse a desafiantes obstáculos y competencias era de esperarse en Exatlón México, parece que había desafíos no anunciados que acechaban en las sombras. Y no, no hablamos de alguna táctica de juego oculta, sino de chinches en las camas de la fortaleza.
Ahora, en medio de un brote de chinches que ha afectado a varias partes del mundo, Mariana Ugalde, ex concursante del programa, decidió romper el silencio y compartir su experiencia picante (y no de la buena manera) dentro del famoso reality.
¿Qué pasa con las chinches?
No sólo en México, sino a nivel global, las chinches parecen haber decidido organizar su propia invasión. Desde que celebridades las detectaron en la semana de la moda en París hasta los reportes de una de las peores plagas en España en décadas, estas criaturas están por todos lados.
En nuestro país, instituciones tan emblemáticas como la UNAM y el sistema de transporte colectivo metro han tomado acciones para combatirlas. Ahora, ya también se escucha sobre una invasión de estos desagradables seres en Guanajuato.
Sin embargo, lo que pocos sabían es que antes de este auge chinchil, Exatlón México ya había enfrentado su propia batalla contra estos minúsculos invasores.
Chinches en Exatlón
Para aquellos no familiarizados, Exatlón México, uno de los realitys deportivos más emblemáticos de TV Azteca, traslada a sus participantes a las idílicas playas de República Dominicana. Ahí, entre el sol, la arena y el mar, se graba cada temporada, incluidas las ediciones All Star.
Es cierto, la vida en Exatlón no es precisamente un resort de lujo; los participantes están en contacto directo con la naturaleza y, claro, es probable encontrarse con algún que otro insecto. Pero, ¿una infestación en sus camas? Eso ya es otro nivel de desafío.
Mariana Ugalde, a través de sus publicaciones en redes sociales, dio voz a la picazón que muchos competidores sintieron durante su estancia. Reveló que tras cada noche en la fortaleza, las mañanas comenzaban con una intensa comezón en la espalda, y el descubrimiento de las chinches en sus camas no tardó.
Según Ugalde, cuando el equipo azul ocupaba la fortaleza, tenían el noble gesto de resguardar perritos callejeros, brindándoles un techo temporal. No obstante, esos mismos perritos podrían haber sido los taxis de las chinches hasta la fortaleza. En palabras de Ugalde, el equipo azul no sabía que alguien dormiría en esas camas después. ¿Error inocente o estrategia maestra? Quién sabe.
Así que de ahora en adelante los participantes de las temporadas por venir, tal vez quieran agregar un repelente para chinches a sus maletas.