“Las condiciones de nuestros edificios no son favorables para que estos organismos puedan prosperar, dada la disponibilidad de hospederos que aporten sangre, ya que estos organismos son de hábitos nocturnos”. Así explicó Juan Pablo Martínez Labat, quien es Veterinario de formación y profesor de los cursos de paracitología humana y veterinaria en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la razón por la que no puede haber plagas de chinches en los edificios de la máxima casa de estudios.
En tres videos que se compartieron en la cuenta de X (antes Twitter), el especialista señala que debido a la psicosis y rumores que hay respecto a chinches en las escuelas de la máxima casa de estudios, “es importante conocer un poco acerca de esto para eliminar este tipo de rumores”.
Aclara que las chinches son insectos, y hay decenas de miles de tipos, y una gran cantidad de ellas pueden ser parásitos, pero de plantas.
Mostró varios tipos de chinches, y habló del tipo conocidos como jumiles, que se comen vivos y no tienen nada que ver con parásitos de los humanos.
Sin embargo, también mostró a un tipo de chinche que sí se alimenta de sangre humana y que transmiten enfermedades, como la de Chagas. “Este tipo de insectos regularmente viven en ambientes silvestres, se alimentan con la sangre de los animales y eventualmente se vuelven peridomésticos primero, y después domésticas”.
También muestra las que se han puesto de moda en las últimas semanas, que son las chinches de cama. Explica que pertenecen al género Cimex lectularius, son hematófagas y se hacen megadomésticas. “No transmiten enfermedades en forma general, estas chinches en algún momento fueron controladas con el uso de los insecticidas organoclorados, prácticamente desaparecieron, y actualmente se ha dado una reemergencia, y hablo de algo que ha venido ocurriendo de algunos años a la fecha”.
Señala que esto se ha derivado de algunas situaciones de tipo social, y pone como ejemplo a las personas en condición de calle que vive en condiciones infrahumanas y que desarrolla ese tipo de problemas que posteriormente se ha traducido al ámbito de los ambientes urbanos, en las casas de la población.
Menciona que se les conoce como chinches de cama porque las camas, originalmente, se hacían con materiales plegadizos de metal y ahí se escondían. “Viven en los colchones, viven en muebles en los que haya recovecos en los que se puedan esconder, tienen hábitos nocturnos, se alimentan por la noche, se esconden de día, y desarrollan todo su ciclo de vida fuera del cuerpo del humano, de manera que la alimentación es muy intermitente y requieren de condiciones singulares para poderse reproducir y para poder abastecerse de sangre”, explicó.
Señaló que esas características son las que impiden que puedan esparcirse por los edificios de la UNAM.