¿Los políticos guapos son más exitosos?: a 11 años de Peña Nieto, apareció García Harfuch

La campaña del expresidente priista se caracterizó por la emoción de algunos simpatizantes y constantes señalamientos a su apariencia física, distintivos que se estarían replicando con el exsecretario de Seguridad capitalina

Las estrategias de comunicación de Enrique Peña Nieto y Omar García Harfuch han sido comparadas (Infobae México/Jesús Abraham Avilés Ortiz)

¡Peña, bombón, te quiero en mi colchón!”, fue uno de los gritos que más se popularizaron durante la campaña del presidente Enrique Peña Nieto en 2012. Dicha frase quedó inmortalizada en video y esporádicamente se vuelve a viralizar en redes sociales.

El furor que causó la imagen del entonces joven político del Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue uno de los puntos por los cuales consiguió más de 18 millones de votos; sin embargo, su gobierno fue uno de los más controversiales en las últimas décadas, lo que ocasionó que comenzaran a lanzarse críticas a quienes votaban a políticos sólo por ser “guapos”, pero sin capacidad probada para asumir un cargo.

11 años después y pese a las críticas, el destape del extitular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, generó una situación similar en la población mexicana, debido a que cuenta hasta con diferentes clubes de fans, mismos que se hicieron presentes en sus últimos eventos recorriendo la capital del país dentro del proceso interno del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

“¡Omar, amigo! ¿Te quieres casar conmigo?”

El exfuncionario aún no es seleccionado como el aspirante a la candidatura por la Jefatura de Gobierno con la Cuarta Transformación, puesto que aún faltan algunos pasos del proceso interno —como la encuesta—; no obstante, algunos encuestas lo señalan como el favorito no sólo en el oficialismo, sino sobre los perfiles de la oposición para ganar el próximo 2 de junio.

El aspirante al Gobierno de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, fue rodeado por docenas de mujeres que buscaban una foto. (Crédito: X @LauraCardosoT)

La ciencia social ha estudiado el éxito de los “políticos guapos”

El fenómeno no es nuevo ni es exclusivo de México, de hecho, desde hace varias décadas diversas universidades en el mundo, especialmente en los Estados Unidos, se dedicaron a estudiar dicho fenómeno a través de análisis de comunicación política.

El culto a la belleza, al aspecto físico y a la imagen personal son factores que permean cada vez más en la política, tanto así que en 2015 la Universidad de Ottawa analizó las elecciones para la Cámara de Representantes en los Estados Unidos en 2008 y afirmaron que los candidatos “guapos” obtuvieron entre un siete y un 10% de más respaldo, a diferente de aquellos que estaban alejados de la regla.

Los propios académicos estadounidenses explicaron que esos datos sólo aplican cuando compiten personas del mismo sexo, pues la dinámica cambia cuando se enfrentan hombres contra mujeres.

Enrique Peña Nieto consiguió popularidad social debido a ser "guapo" (PRI)

Pese a lo anterior, es importante dejar en claro que en la campañas políticas no sólo importa que el político sea “guapo”, sino que la narrativa a su alrededor corresponda a su imagen, pues muchas veces las personas atractivas suelen ser vistas también como fuertes, protectoras o incluso líderes.

De eso teorizaron las académicas Silvia Gutiérrez y Yazmín Cuevas en 2012 cuando estudiaron la campaña del priista y emplearon el término de representaciones sociales, en donde se busca que un perfil pueda pasar de ser un extraño a un familiar. Peña Nieto tuvo a su favor que tenía proyección desde que gobernó el Estado de México, por lo que su imagen positiva aumentó a nivel nacional, pese a los escándalos que vivió y protagonizó.

Entonces, según las autoras, Peña Nieto ya no sólo era guapo, sino que también tenía una imagen de hombre comprometido —debido a la repetición de que cumplió sus compromisos como gobernador—, tolerante, firme y demócrata —gracias a la idea del Pacto por México—.

Algo similar podría estar pasando con Omar García Harfuch, debido a que en su paso por el gabinete de la Ciudad de México se le reconoció como un hombre fuerte que combatió la inseguridad, uno de los problemas que más aqueja a la capital del país.

El exsecretario de Seguridad fue nombrado como el "Batman de la ciudad" (Luz Coello/Infobae México)

Tanto así que el diputado del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Jesús Sesma Suárez, lo nombró desde finales de 2022 como el Batman de la ciudad, en clara referencia al superhéroe del universo de DC Cómics que salva a Ciudad Gótica de los villanos.

Por lo que el exfuncionario ya no es sólo atractivo ante el ojo público, sino que también trae consigo los valores de dicho personaje como el ser oscuro —debido a que es reservado en su vida pública—, pero al mismo tiempo es representado como una persona valiente que enfrenta a los grupos de criminales, pues conviene recordar que sobrevivió a un ataque de una supuesta organización del narcotráfico.

Cabe destacar que, aunque sigue en la cabeza de las preferencias, faltaría saber si los señalamientos en su contra —como su participación en la construcción de la “verdad histórica” o las acusaciones de supuesto nepotismo dentro de la policía— van a pesar o no en la competencia interna morenista o en el proceso electoral.

Los escándalos con Peña Nieto hace 11 años no tuvieron tanto efecto en la votación, pese a que la figura de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ya era fuerte en algunos sectores sociales, ya que el estallido de las críticas se encrudeció durante el sexenio.

García Harfuch lidera las preferencias rumbo al 2024 en la CDMX (X/@OHarfuch)

Por otro lado, tanto la estrategia de Peña como la actual de García Harfuch podría entenderse, luego de que el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIJ-UNAM), mediante un estudio, explicó que tras la reforma electoral en México de 2007, los partidos políticos tuvieron que cambiar algunos aspectos de su forma de hacer campañas o trabajo público, con lo que surgió la propaganda cosmética.

De acuerdo a Javier Esteinou Madrid, el cambio en hacer política se vio representado cuando los aspirantes a algún cargo tuvieron que recurrir a imágenes editadas o retocadas, con el fin de poderse ver más jóvenes, sanos, guapos, con aspectos físicos socialmente aceptables, puesto que los tiempos de promoción cada vez fueron más cortos y había que ser más directos con el mensaje.

Faltaría saber si a más casi 20 años de esa reforma, las campañas tienen a ofrecer un cambio o los personajes guapos siguen robándose los reflectores, más allá de su propuesta o su plataforma política.