Los grupos del narcotráfico han buscado opciones alternas para expandir sus negocios ilícitos más allá de la venta y distribución de drogas. Una de estas alternativas consiste en las máquinas tragamonedas, con las cuales pueden generar millones de pesos de ganancias al mes.
Una de las agrupaciones que se ha inmiscuido en la instalaciones de este tipo de máquinas son Los Viagras, quienes además de participar en actividades criminales como extorsión, sicariato y secuestro, también han mostrado interés en estos “minicasinos” que han establecido en el estado de Michoacán.
Estas máquinas generan un ingreso de 600 millones de pesos semanales, según estimaciones de la Dirección General de Juegos y Sorteos. Además, deben tener la autorización de la Secretaría de Gobernación para poder operar, pues de lo contrario son considerados ilegales. Asimismo, las autoridades indican que detrás de estos negocios está el crimen organizado.
“Las máquinas tragamonedas prohibidas por la ley son una fuente de corrupción de menores, su uso no es un juego, es una adicción que abre la puerta la delincuencia. Tenemos información de que detrás del uso e instalación de este tipo de máquinas existe una amplia red de delincuencia organizada”, se lee en un informe de la Dirección de Juegos y Sorteos.
Los minicasinos de Los Viagras
Este miércoles se dio a conocer que autoridades de Michoacán desplegaron un operativo en el municipio de Buenavista, tras el cual aseguraron 163 máquinas tragamonedas que eran operadas por un grupo delictivo. “Se presume éstas abonaban a las finanzas de una célula delincuencial a la que le habrían dejado millonarias ganancias mensualmente”, indicó la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Estos minicasinos se localizaron en la ciudad de Apatzingán y en las poblaciones de Buenavista Tomatlán, Santa Ana Amatlán y Pinzándaro. De acuerdo con los informes, cada una de las unidades tiene un valor de entre 15 mil y 38 mil pesos. Sin embargo, más allá de su costo, su atractivo recae en las ganancias generadas.
De manera extraoficial se tiene conocimiento de que estas máquinas pertenecían al grupo de Los Viagras, específicamente a Ricardo Madrigal Ávalos, alias ‘El Barbas’, operador que se encuentra asentado en la comunidad de Acahuato y es considerado como uno de los principales generadores de violencia.
Se informó que con estos minicasinos Los Viagras obtenían cerca de dos millones de pesos mensualmente. Y es que las máquinas eran instaladas en los comercios de las localidades sin que sus dueños tuvieran derecho de adquirir parte de las ganancias.
“De acuerdo con la primera información de inteligencia, estas máquinas habrían dejado una ganancia al crimen organizado de aproximadamente 2 millones de pesos al mes, ya que en promedio cada máquina- a la que comerciantes eran obligados a instalar en sus establecimientos sin que tuvieran derecho a ganancia- abonaba unos 12 mil pesos a las arcas de la delincuencia”, detallaron las autoridades michoacanas.
Aunque no se especificó desde qué fecha Los Viagras operan estos minicasinos, desde hace tres años se ha tenido conocimiento de que dichas máquinas están relacionadas con las actividades del crimen organizado.
A principios de febrero de 2020, en la ciudad de Uruapan se reportó un ataque armado en un local de videojuegos (donde estaban instaladas máquinas tragamonedas), el cual dejó un saldo de nueve víctimas mortales —incluidos cuatro menores de edad— y dos personas lesionadas. El local estaba ubicado en la calle José Ortíz de Domínguez, pero no se comprobó si pertenecía a un grupo delictivo.
Hasta el 2015, Sinaloa era la entidad con más minicasinos puestos a disposición del Ministerio Público, con 3 mil 180 máquinas, seguida del Estado de México y la Ciudad de México, con mil 731 y mil 361 unidades, respectivamente, según datos de la Dirección General de Juegos y Sorteos.