Día Internacional de la Capa de Ozono: el mexicano que descubrió que los aerosoles la destruyen

Hace más de 30 años se firmó un protocolo referente a los CFC que agotan dicha capa

La capa de ozono se encuentra en la estratósfera

La capa de ozono es una franja de gas sumamente frágil que protege la vida en el planeta de los efectos nocivos que provocan los rayos solares, dicha capa se encuentra en peligro debido al uso que durante años se han utilizado, estos reciben el nombre de productos químicos.

Gracias a un esfuerzo a nivel mundial se ha ido erradicando el uso de dichas sustancias que agotaban la capa de ozono rápidamente y hoy en día se ha visto reducida la radiación ultravioleta que llega a la tierra.

La fórmula química del ozono es O3, este se encuentra en su mayor parte en la parte superior de la atmósfera, en la zona de la estratosfera. Este se encarga de absorber gran parte de la radiación ultravioleta del sol, la cual es dañina para la vida.

El término “agujero del ozono” apareció por primera vez en un artículo científico del British Antarctic Survey durante el año de 1985, en el se habló sobre la problemática de la destrucción de la capa de ozono.

El Protocolo Montreal regula la emisión de gases a nivel mundial

Asimismo, la imagen satelital del agujero de ozono se ha convertido en un símbolo mundial de la amenaza ambienta que representa y al mismo tiempo, ayudó a que a nivel mundial se comenzará un proyecto para erradicar dicha situación, al movimiento se le conoció como Protocolo de Montreal.

¿Quién es el científico mexicano que descubrió uno de los principales elementos que destruyen la capa de ozono?

Se trató del científico mexicano Mario Molina Pasquel, a quien mundialmente recuerdan por ser la persona que generó conciencia sobre los efectos provocados por los clorofluorocarbonos (CFC) en la capa de ozono, la cual se trata de la principal defensa con la que cuentan los humanos para protegerse de los rayos ultravioleta B, mismos que son dañinos para la vida en el planeta.

Su investigación comenzó en 1974, en la Universidad de Irvine, en California, cuando junto con Sherwood Rowland publicó un artículo en la revista Nature sobre los efectos que generan los CFC en la capa de ozono y que eran ampliamente utilizados en la refrigeración y los aires acondicionados, representando un peligro para el futuro.

Dicho estudio fue reforzado por los trabajos de Paul Crutzen, cuyas aportaciones pusieron en evidencia el agotamiento que producían ese tipo de gases al ozono estratosférico.

Mario Molina fue el científico mexicano que concientizó al mundo sobre los gases emitidos que llegan a la capa de ozono (foto: Segob)

Por lo tanto, el 11 de octubre de 1995, la Real Academia Sueca de Ciencias anunció que el Premio Nobel de Química le sería otorgado a Mario Molina, Sherwood Rowland y Paul Crutzen, y les fue entregado el 10 de diciembre de ese mismo año.

Gracias a sus investigaciones la comunidad internacional detuvo el uso de los CFC y se comenzaron a buscas soluciones, lo que dio paso al Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono. La firma del acuerdo transcendió para dar lugar a la firma del Protocolo de Montreal en 1987, el cual regula el consumo y producción de las sustancias agotadoras de la capa de ozono (SAO).

Actualmente, también se promueve la reducción del consumo de gases utilizados como sustitutos de las SAO, mismas que no afectan la capa de ozono pero que contribuyen al cambio climático.

Este protocolo ha sido ratificado por los 197 países adheridos a las Naciones Unidas, gracias a sus resultados se le considera el acuerdo ambiental más éxito del mundo. A la fecha se ha logrado reducir hasta el 99% del consumo mundial de las SAO, por lo que se prevé una recuperación total de la capa de ozono para el año 2060.