En el mundo de la numismática, la moneda de 20 pesos conmemorativa “Fuego Nuevo” emitida por el Banco de México en los años 2000 y 2001 ha ganado una notoriedad significativa debido a su aparente escasez y a las elevadas cotizaciones que se pueden encontrar en línea, alcanzando la asombrosa cifra de 400 mil pesos en algunas plataformas digitales.
La moneda “Fuego Nuevo” se puso en circulación el 3 de abril del año 2000 como parte de la celebración del cambio de milenio. La edición de 2000 vio la acuñación de más de 14 millones de ejemplares, mientras que la edición de 2001 contó con la producción de alrededor de 2 millones 515 mil piezas.
Estas cifras, si bien pueden parecer limitadas en comparación con otras monedas de circulación, no justifican los altos precios que se mencionan en internet.
¿Cuáles son las características que la hacen única?
Es una moneda bimetálica con un anillo perimetral de bronce-aluminio y un núcleo de alpaca plateada. Su diseño conmemorativo muestra una representación prehispánica del Señor del fuego, Señor del año, sosteniendo una antorcha del fuego nuevo, acompañado de la leyenda “Fuego Nuevo”, el símbolo de la Casa de Moneda y la denominación “20 pesos”, así como la frase “Xiuhtecuhtli” y un anillo del resplandor solar de la Piedra del Sol. En el reverso se encuentra el Escudo Nacional y la leyenda “Estados Unidos Mexicanos”.
Entonces, ¿por qué esta moneda es considerada valiosa por algunos coleccionistas? La respuesta radica en la percepción de rareza y en la belleza de su diseño conmemorativo. Sin embargo, es crucial subrayar que su valor real en el mercado no se acerca a la cifra antes mencionada.
Un ejemplar de la edición 2000 podría tener un valor estimado de entre 170 a 200 pesos mexicanos, y en el caso de la edición 2001, su cotización podría oscilar entre 160 a 250 pesos. Estas cifras son mucho más realistas y representativas de lo que un coleccionista podría esperar pagar por una de estas monedas en excelentes condiciones.
Es esencial destacar que en México no existe una autoridad oficial que fije los precios de las monedas y billetes, por lo que es importante basar las valoraciones en fuentes confiables y no dejarse engañar por vendedores en línea que solicitan sumas exorbitantes por estas piezas, especialmente si no están certificadas por casas de colección reconocidas. En el caso de certificación, a menudo se debe recurrir a entidades fuera de México, como las casas de certificación en Estados Unidos.