Esto es lo que debes saber sobre la 38 edición de la feria de Piñata Artesanal en Acolman

El presidente municipal resaltó que Acolman lleva el título de la cuna de la piñata desde hace más de cinco siglos

La feria que se lleva a cabo en el municipio de Acolman, sigue sustentando a alrededor de 40 familias, quienes se dedican a la fabricación de más de 15 mil piñatas cada año. (Cortesía)

El municipio de Acolman, en el Estado de México, que ha asegurado el registro de marca para la piñata artesanal, se prepara para la edición 38 de la feria de piñata tradicional. La gestión se encuentra detrás del presidente municipal, Rigoberto Cortés Melgoza, quien dirigió las diligencias necesarias ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.

La obtención de este distintivo no solo marca una página en la historia de Acolman, sino que también garantiza la protección de la Piñata Artesanal como símbolo de identidad y cultura arraigado en la región.

Acolman, con el orgullo de ser considerada la cuna de la piñata, tiene el honor de haber sido el lugar donde nacieron las primeras piñatas que más tarde se propagarían en México y a nivel internacional. En este rincón, se dieron los primeros trazos de las emblemáticas piñatas de siete picos, cada uno representando uno de los siete pecados capitales.

Así como otras figuras icónicas, estas piñatas han cobrado vida a lo largo del tiempo en variadas formas, desde animales hasta figuras de personajes históricos y políticos. El año clave es 1586, cuando los frailes agustinos con residencia en el exconvento de Acolman confeccionaron la primera piñata. Adornada con colores y siete picos, esta creación no solo marcó un punto de inicio para la tradición de romper piñatas en las festividades navideñas, sino que también fijó los cimientos de un patrimonio cultural invaluable.

Es 1586, cuando los frailes agustinos con residencia en el exconvento de Acolman confeccionaron la primera piñata. Piñatas- (Foto: gobierno de México)

Aseguran marca piñatera

En una rueda de prensa que contó con la participación del presidente municipal Rigoberto Cortés Melgoza, Jesús Galindo, director general de la defensa de los derechos culturales del gobierno de la Ciudad de México, la representante de los artesanos de la piñata de Acolman, Celia Claudio Hernández, y el director del Museo de Arte Popular, Whalther Boelsterly, se enfatizó la relevancia de asegurar la marca para las piñatas manufacturadas en el municipio.

El propósito detrás de esta acción es la preservación de una expresión artística profundamente arraigada en la historia, una que sigue sustentando a alrededor de 40 familias en Acolman, quienes se dedican a la fabricación de más de 15 mil piñatas cada año.

La “Piñata Artesanal Acolman Renace” se convierte oficialmente en un componente fundamental del patrimonio cultural de esta localidad, localizada en el extremo oriental del Estado de México. Sin embargo, el título de “Pueblo con Encanto” también sigue intacto para Acolman, gracias a su riqueza tanto natural como cultural. Esta denominación no solo es local, sino que ha trascendido fronteras nacionales e internacionales, gracias a su papel en el legado de las piñatas, una tradición que ha forjado una conexión con generaciones de diversas partes del mundo.

Durante la conferencia de prensa, se exploró el simbolismo atribuido a las piñatas por los frailes agustinos: el palo representa la fuerza necesaria para romper las ilusiones efímeras del mundo; los colores vibrantes simbolizaban la tentación; y la fruta dentro de la piñata era vista como la gracia divina que se derrama sobre los creyentes. Este simbolismo se mezcló con las celebraciones prehispánicas y la cultura indígena, uniendo significados religiosos y culturales en una tradición rica y compleja.

Origen de la celebración

La celebración prehispánica en Acolman contaba con una tradición similar, ya que al inicio del Panquetzalistli, una festividad que marcaba el nacimiento del dios Xiuhtecuhtli, se erigía un poste coronado por una figura de masa amaranto que representaba al dios, junto con una olla llena de plumas de colores y piedras preciosas.

La competencia para alcanzar la cima del poste involucraba a jóvenes varones en edad viril, quienes debían sortear obstáculos y resistencia. El ganador repartía la figura del dios Xiuhtecuhtli para su consumo y lanzaba regalos desde la olla, invitando a todos a participar

Acolman es considerada la cuna de la piñata, lugar donde nacieron las primeras piñatas que más tarde se propagarían en México. EFE/ Madla Hartz

El presidente municipal, Rigoberto Cortés, resaltó que Acolman lleva con orgullo el título de la cuna de la piñata desde hace más de cinco siglos. Desde la creación de la primera piñata con forma de estrella y siete picos, que representan los siete pecados capitales, hasta la actualidad, esta tradición ha evolucionado y enriquecido, abarcando una amplia variedad de formas y figuras. Enfatizó la importancia de visitar Acolman para sumergirse en su historia y apreciar la diversidad que caracteriza a las piñatas que han dejado una marca duradera en la cultura mexicana.

¿Cómo llegó a Acolman?

Desde la Ciudad de México, hay diversas opciones para llegar a Acolman. Una alternativa incluye el uso del metro desde Morelos hasta Ciudad Azteca en la línea B, seguido de un taxi a Acolman, con un tiempo estimado de 48 minutos.