En el corazón de Tierra Caliente, en el estado de Michoacán, un hombre de gran poder económico que durante años se hizo pasar por un acaudalado empresario agricultor mientras él se consolidaba como una de las grandes figuras del crimen organizado en la entidad.
Su nombre no es tan famoso como el de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”. En 2014 el párroco de Apatzingán lo denunció como el capo de la mafia michoacana más protegido y custodiado por el gobierno del estado, y un año después la senadora María Luisa Calderón lo señaló como “el sucesor de La Tuta”, el antiguo líder de los Caballeros Templarios.
Reportes de inteligencia del 2017 levantados por autoridades federales indicaron que aquel narco era propietario de vastas héctareas dedicadas a la siembra de melón. Incluso lo señalaron como “amo” y “señor” de La Huacana, Churumuco, Gabriel Zamora, Huetamo, Aria de Rosales, Turicato y Múgica.
Un año después, en 2018, el que entonces iba a convertirse en el secretario de seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), Alfonso Durazo, supo por primera vez el apodo del capo cuando un grupo de mujeres se acercaron a él después de que concluyera un foro de pacificación y reconciliación nacional y le entregaron un papelito que decía “El Migueladas”.
Su nombre es Miguel Ángel Gallegos Godoy, pero durante años pasó desapercibido por su bajo perfil y su método para dar órdenes y establecer nuevos negocios: siempre a través de terceras personas. Con los años su poder se fue fortaleciendo hasta llegar al día de hoy, cuando ya se le considera uno de los grandes capos michoacanos de Tierra Caliente.
Fue antiguo aliado de José Manuel Mireles en tiempos de las autodefensas y también se vinculó con Enrique “Kike” Plancarte, uno de los jefes de “Los Templarios” y rey de los laboratorios de metanfetaminas. Reportes federales indicaron que también había financiado campañas de gobernadores, alcaldes y legisladores, y que incluso había impuesto funcionarios de justicia y seguridad.
En agosto de 2019 salió a la luz un video que mostraba a un grupo de militaes de la 5ta compañía de infantería que eran rodeados, acorralados, despojados de sus armas y vejados por supuestos “pobladores”. Sin embargo, el personal militar identificó entre estos a Gaudencio Lozano y Bulmaro Arzate, dos operadoares y gatilleros al servicio de “El Migueladas”.
Empresarios, productores, empacadores y comerciantes, han señalado en más de una ocasión a Gallegos Godoy como líder de uno de los grupos criminales que hoy los tienen contra las cuerdas por sus cuotas de extorsión.
A las 6:30 de la mañana de este domingo fueron incendiadas varias tiendas, farmacias y vehículos en Apatzingán, Buenavista y Uruapan. A ellos le siguió la parálisis del transporte y el cierre de negocios en Arteaga, Tumbiscatío y Pinzándaro.
La Policía local reportó la detención de seis hombres, en poder de bidones con gasolina, como presuntos responsables de los ataques.
El 3 de agosto pasado, comerciantes de tortilla, alimento esencial en los hogares mexicanos, suspendieron actividades ante extorsiones de presuntos sicarios de “Los Viagras”, brazo armado de la banda de narcotraficantes “Cárteles Unidos”.
En tanto, el municipio de Apatzingán cumplió este domingo 10 días de haber suspendido el corte de limón mexicano, también por extorsiones de “Los Viagras”.
De acuerdo con productores del cítrico, la organización criminal aumentó el “pago de cuota” de 20 centavos a un peso, por cada kilogramo de limón cortado en la tierra caliente de Michoacán.
Michoacán produce anualmente 750 mil toneladas de limón, por lo que abastece el 70 % del consumo del país.
El presidente López Obrador (AMLO), por su parte, se pronunció por los disturbios generados en la mañana de ayer en varios municipios de Michoacán y los calificó como un acto “publicitario y propagandístico”.