“No existe ningún conflicto de intereses o relación entre nuestra empresa, el señor Schilling, Pemex y un tercero”, pudo leerse en un comunicado emitido en febrero de 2022 por la empresa petrolera Baker Hughes.
Dicho mensaje fue publicado a raíz de la investigación “La Casa Gris”, en la que Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y Latinus señalaron que una residencia ocupada por José Ramón López Beltrán y Carolyn Adams era propiedad de Keith L. Schilling, anterior ejecutivo de Baker Hughes en Canadá.
Pese al deslinde, un nuevo trabajo periodístico de MCCI evidenció un posible conflicto de intereses entre dicha empresa y Petróleos Mexicanos (Pemex).
A partir de documentos desclasificados, la periodista Verónica Ayala dio a conocer que durante los primeros cuatro meses en los que el hijo del presidente López Obrador y su familia habitaron “La Casa Gris”, Pemex le concedió 27 contratos a la división de Baker Hughes en Houston.
López Beltrán y Adams comenzaron a vivir en “La Casa Gris” el 16 de agosto de 2019, luego de firmar un contrato de arrendamiento por un año. En ese momento, Keith Schilling era el propietario del lujoso inmueble ubicado en el exclusivo fraccionamiento Jacobs Reserve.
A la par, Schilling se desempeñaba como presidente de Baker Hughes en Canadá —puesto que abandonó hasta diciembre de 2019— y director comercial en el área de Houston.
Entre agosto y diciembre de ese año, Pemex Procurement International (PPI) —la filial en Texas de la petrolera mexicana— le adjudicó contratos a diversas compañías afiliadas a Baker Jughes para la adquisición de insumos, reparaciones y rehabilitaciones de equipos en por lo menos cinco refinerías.
Por los 27 contratos concedidos a la petrolera canadiense se entregaron 151 millones de pesos, de los cuales 32,4 estuvieron destinados a trabajos en la refinería de Cadereyta, Nuevo León, según los datos proporcionados por MCCI.
Al hacer un desglose de las actividades entre la filial de Pemex y Baker Hughes, las adjudicaciones se distribuyeron de la siguiente manera:
- Refinería de Cadereyta, Nuevo León: 11 contratos, por un total de 32,4 mdp.
- Refinería de Minatitlán, Veracruz: 4 contratos, equivalentes a 12,8 mdp.
- Refinería de Tula, Hidalgo: un contrato por 8,5 mdp.
- Refinería de Salamanca, Guanajuato: 4 contratos por un total de 4 mdp.
- Refinería de Salina Cruz, Oaxaca: un contrato por 0,5 mdp.
- Refinerías sin especificar: 6 contratos por 92,8 mdp.
Y aunque la investigación no permitió conocer quién fue el responsable de Baker Hughes que suscribió las contrataciones —pues Pemex censuró las firmas—, esta revelación derribaría los intentos de Baker Hughes por negar un conflicto de intereses en el caso.