Como parte del seguimiento al caso del ataque con explosivos controlados a las fuerzas de seguridad en Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, donde murieron cuatro policías y dos civiles, la fiscalía de Jalisco vinculó a proceso a dos de los cinco responsables detenidos hasta el momento.
Se trata de Salvador Alejandro M. y Alejandro A., quienes fueron procesados por los delitos de encubrimiento y falsedad en declaraciones e informes dados a una autoridad por los hechos ocurridos el pasado 11 de julio que además de los fallecidos dejó por lo menos 15 personas lesionadas.
Una vez que les fueron cumplimentados los mandatos judiciales, ambos fueron puestos a disposición del Juez de Control que los requería y en la audiencia de continuación el agente del Ministerio Público presentó los elementos reunidos en la indagatoria, los cuales se determinó que eran suficientes para iniciarles un proceso penal.
Además, deberán permanecer en prisión preventiva justificada por la temporalidad de dos meses, como medida cautelar.
Con ellos suman cinco personas como probables responsables del ataque con explosivos, por lo que todos enfrentan ya un proceso penal y se encuentran en el Reclusorio Metropolitano.
En el período que abarca desde enero de 2013 a febrero de 2023, se habían registrado 101 artefactos explosivos de fabricación artesanal, de los cuales 61 fueron encontrados entre los últimos meses de enero y febrero. Esto se traduce en el 60 por ciento.
El pasado viernes 11 de agosto se cumplió un mes del ataque con explosivos calificado como una agresión “sin precedentes” y un “desafío” para el Estado mexicano por el gobernador local Enrique Alfaro.
“Se trata de un hecho sin precedentes que pone de manifiesto de lo que son capaces estos grupos de la delincuencia organizada. Este ataque representa también un desafío contra el Estado mexicano en su conjunto”, señaló Alfaro.
México no había registrado ataques de esta naturaleza en el pasado. Sí se habían visto agresiones con “coches bomba”, el último de ellos ocurrido la noche del pasado miércoles 28 de junio en Celaya, Guanajuato, donde al menos 10 elementos de la Guardia Nacional resultaron heridos, tres de ellos en estado crítico; o el atentado contra el Mayo Zambada en 1994 afuera de un hotel de Guadalajara que mató a cinco personas, pero no se habían registrado explosiones aparentemente controladas por vía remota.
“Lo que no habíamos visto era artefactos explosivos improvisados en carreteras, y sobre todo que atacaran a nuestras fuerzas de seguridad. Esto sí es algo inédito y muy preocupante porque, además de todas las amenazas que enfrentan, nuestros organismos de seguridad ahora se tienen que preocupar también por este tipo de sucesos”, aseguró a Infobae México el consultor de seguridad y Fuerzas Armadas, Alexei Chévez Silveti.
Expertos en seguridad no han dudado en calificar la agresión de Tlajomulco de Zúñiga como un hecho con tintes terroristas, abriendo una vez más el debate sobre qué es lo que se considera “terrorismo” en México.