En México, existe una gran variedad de plantas que tienen aportes medicinales, aunque el uso de estas plantas no sustituyen a la medicina occidental, sí ayudan con el tratamiento de algunos padecimiento o el control de algunas enfermedades crónicas.
Tal es el caso de la yerba santa, también conocida como Momo, acuyo o tlanepa, a la cual se le atribuyen propiedades espléndidas para controlar la indigestión, así como diferentes padecimientos relacionados con el sistema digestivo.
A lo largo de los años, la investigación de las propiedades de la yerba santa han dado indicios de cómo era usada en la época prehistórica; de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la yerba santa es considerada como planta medicinal desde la época prehistórica ya que pobladores de las antiguas civilizaciones las usaban.
Pero sus propiedades medicinales se fortalecieron cuando los sacerdotes españoles aprendieron a usarla y la llamaron como “santa” por el asombro que les provocó las cualidades curativas que tiene la hoja aromática.
La yerba santa combate la indigestión
Debido a que el acuyo es una planta comestible dentro de la dieta de los mexicanos, todas sus propiedades son absorbidas desde el sistema digestivo. Una investigación publicada por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología (CONAHCYT) describió que esta planta contiene entre sus propiedades químicas un alto contenido de safrol, un tipo de metabolito.
El safrol es un tipo de componente aceitoso, por lo que se le atribuye su funcionamiento químico para favorecer la digestión, así que cuando una persona presenta indigestión, la hierba santa puede ayudar a aliviar este problema.
Pero, la hierba santa no solo ayuda a evitar la indigestión, sino que también favorece para calmar los dolores estomacales, diarreas y aliviar la inflamación de los riñones.
Cabe recordar que dentro de los estudios de herbolaria, la hoja santa —cuyo nombre científico es Piper auritum— se ha identificado a esta planta por su característico color verde intenso, así como el tamaño de sus hojas grandes en forma de corazón. Por otra parte su aroma fuerte también es una característica de la planta; pertenece a la familia de las pimientas negras razón por la cual se usa en la gastronomía mexicana.
Esta hierba crece en zonas con clima cálido y templado, algunos estados en donde se cultiva y se distribuye es en Oaxaca, Quintana Roo, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Nayarit, San Luis Potosí, Tabasco y Veracruz. Aunque es originaria de México, también crece en otros países de América Latina como Guatemala, Panamá y Colombia.
Pero, no solo ayuda con los problemas digestivos, sino que la hierba santa calma problemas respiratorios, principalmente el asma y bronquitis. También tiene aportes para controlar los nervios, ayuda a superar el insomnio por los sedantes naturales que contiene, incluso tiene altos contenidos en vitamina C.
¿Cómo consumir la hierba santa?
Aunque en la gastronomía se combina con una serie de ingredientes y guisados, una manera natural de aprovechar todas sus propiedades es en té.
Para preparar te de yerba santa se debe lavar la hoja antes de ponerla a hervir; una vez desinfectada se pone en un recipiente con agua y se agrega de una a dos hojas. Una vez que el agua se torne verde, se deja enfriar hasta que esté a una temperatura adecuada para tomarse, es recomendable tomarlo de 2 a 3 días por semana.
Sobre sus usos en la gastronomía, la hierba santa se puede calentar como una tortilla y consumirse sola, pero también puede ir acompañada en la preparación de carnes, pescados, aves, salsas, caldos y quesos. Suele ser usado como sazonador para aromatizar tamales, chiles rellenos, mole verde, huevo y platillos tradicionales.