A lo largo de la historia, en la Ciudad de México se ha consolidado una amplia tradición en torno a los mercados. A pesar de la urbanización y el crecimiento de la mancha urbana, existe un par de lugares dedicados al comercio de alimentos y productos de consumo que se han mantenido en pie. Incluso, uno de ellos es considerado de los más grandes en el mundo.
Uno de los primeros lugares que se erigió como un sitio de tradición para realizar la compra y venta de productos como frutas, verduras, entre otros alimentos fue el mercado de La Merced. Con la llegada de Hernán Cortés, en el lugar comenzó a realizarse una importante actividad comercial que llevó a la formalización de dicho mercado en el siglo XVI.
El centro, ubicado en la alcaldía Venustiano Carranza en la actualidad, tuvo éxito por la cantidad de productos que podían encontrarse así como su privilegiada ubicación. No obstante, con el crecimiento de la capital y a pesar de los esfuerzos por remodelarlo en el siglo XX con la finalidad de mantenerlo como el principal mercado de la entidad, fue necesaria la habilitación de un mercado alterno.
Fue así que en el último tercio del siglo XX las autoridades gubernamentales determinaron la apertura de un nuevo mercado con la finalidad de apoyar el abastecimiento y atención que hasta entonces concentraba el mercado de La Merced en su totalidad. Ese fue el origen de la Central de Abastos de la Ciudad de México (CEDA).
¿Dónde se encuentra La Central de Abastos de la Ciudad de México?
Enclavada en la alcaldía Iztapalapa, al oriente de la capital mexicana, la Central de Abastos de la Ciudad de México (CEDA) fue inaugurada el 23 de noviembre de 1982. El presidente que llevó a cabo la apertura del complejo comercial fue José López Portillo y comenzó a experimentar un crecimiento significativo desde entonces.
Además de consolidarse como uno de los mercados mayoristas más grandes del mundo, así como uno de los principales pilares del abastecimiento en la Ciudad de México, la CEDA llamó la atención por la extensión territorial con la que cuenta. Y es que con 327 hectáreas, incluso, supera la superficie total de Mónaco, es decir, 202 hectáreas.
De igual forma, supera la extensión de otros complejos dedicados al mismo fin en otras regiones del mundo como el Mercamadrid, de España, con 222 hectáreas, así como el Mercado Internacional de Rugnis con 223 hectáreas en Francia.
Debido a su extensión, en sus pasillos, bodegas y establecimientos se comercializan diversos productos como frutas, verduras, carnes, pescados, mariscos, flores, productos lácteos, abarrotes, alimentos preparados, utensilios de cocina, productos de limpieza, entre otros. Se estima que ahí se comercializa el 45% de los alimentos en todo el país.
Se calcula que, día con día, la afluencia de personas que acuden a la Central de Abastos de la Ciudad de México para comprar o vender productos, así como visitantes, ronda la cantidad promedio 300 mil.
Como resultado, por las calles y pasillos del territorio dedicado al comercio de productos transita una gran cantidad de mercancías, así como dinero. De acuerdo con el sitio especializado en finanzas Rankia, la Central de Abastos de la Ciudad de México es el segundo centro de negocios más importante del país, solamente debajo de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
El horario habitual de operación en la Central de Abastos de la Ciudad de México es de las 4 de la mañana a las 18 horas de la tarde. No obstante, en la madrugada acuden clientes mayoristas para realizar la compra de víveres y alimentos para negocios como restaurantes y hoteles.