Si ya decidiste sacar tu dinero del cajón donde lo guardas para crecerlo a través de herramientas financieras, debes tener muy claros ciertos conceptos básicos para no asustarte y echarte para atrás.
Lo más básico parecerá una obviedad, pero no está de más repasarlo: la diferencia entre ahorro e inversión. En el primer caso juntas dinero por cierto tiempo, pero no crece, y por el contrario, pierde poder de compra debido a la inflación, mientras que la inversión implica poner a trabajar tu ahorro para que aumente con el tiempo, de modo que no quede rezagado frente al aumento constante de precios.
Visto así, lo más inteligente es hacer inversiones, aunque no hay que ignorar lo difícil que es para muchas personas ahorrar. Alrededor del 40% de la población mexicana no ahorra, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2021.
Por otro lado, solo el 43% de los propietarios de un producto de captación, como una tarjeta de débito, lo utiliza efectivamente para ahorrar, cifra que se mantuvo sin cambios con respecto a la encuesta de 2018.
Los conceptos básicos
Si ya decidiste ahorrar, o ya tienes un guardadito, lo que sigue entonces es conocer estos básicos de las inversiones para que tu mente no se quede en blanco cuando los leas o escuches.
Costo de oportunidad. Al invertir debes tener en cuenta que tu dinero no estará disponible inmediatamente para solventar algún gasto.
Activos. Son títulos que representan derechos sobre bienes o rentas para quienes los poseen (los inversionistas), como por ejemplo deuda que emite el gobierno para financiarse. En este caso, quien adquiere la deuda recibirá un premio por parte del gobierno por prestarle dinero. Para el gobierno es un pasivo porque tiene que pagar intereses a quienes lo financiaron (acreedores).
Liquidez. Es la facilidad que tiene un activo para poder transformarse a dinero en efectivo en un corto plazo, y sin que su precio se reduzca, de acuerdo con el área de educación financiera de BBVA.
Volatilidad. Se refiere a la inestabilidad de los precios de activos. Una inversión con volatilidad alta es aquella cuyos precios cambian constantemente, lo que implica un alto riesgo para el inversionista, aunque puede tener una alta rentabilidad.
Equilibrio entre rendimiento, riesgo y tiempo
De acuerdo con BBVA México, debes buscar obtener el máximo rendimiento de inversión, el riesgo más bajo y el menor tiempo posible para conseguir ganancias. Lo ideal es que busques un buen balance entre esas tres variables, aunque recuerda que la inversión perfecta no existe.
Fondos de inversión. Es un instrumento en el que varias personas reúnen su dinero para invertirlo. Este proceso se delega a una sociedad administradora, que puede ser un banco o institución financiera, de acuerdo con Grupo Bursátil Mexicano (GBM).
Un fondo es como una canasta donde puedes poner tu dinero. Ese dinero lo maneja una institución financiera que se encarga de crear una canasta con diferentes activos (portafolio de inversión). Hay dos tipos de fondos.
Fondos de deuda. Todos los recursos de los inversionistas se meten en deuda del gobierno federal (cetes, bondes o bonos), bancos (pagarés bancarios o certificados de depósito, entre otros) o empresas (certificados bursátiles, pagarés de mediano plazo u obligaciones). Estos instrumentos suelen pagar un rendimiento fijo (renta fija), aunque no se puede asegurar por completo.
Fondos de renta variable. Invierten en acciones de empresas que cotizan en el mercado de valores. A diferencia de los instrumentos de deuda, no pagan un rendimiento fijo, de ahí que se les conozca como de renta variable.
Horizonte de inversión. Es el tiempo en que una persona planea colocar su dinero en una inversión antes de retirarlo. Hay tres horizontes diferentes:
- Corto plazo: usualmente de 1 a 3 años
- Mediano plazo: entre 3 y 5 años
- Largo plazo: más de 5 años
Aversión al riesgo. Es la tolerancia del inversionista a las variaciones de precios por el movimiento de los mercados, es decir, qué tanto sufre al ver que su dinero crece o baja en determinado tiempo.
Tipos de inversionistas
Dependiendo del nivel de aversión al riesgo, hay tres perfiles de personas.
Conservador. Al inversionista le gusta poco el riesgo, por lo que quiere proteger su dinero al verlo crecer de manera estable. GBM refiere que si tu plan de ahorro o de inversión es a corto plazo, este tipo de perfil suele ser el más recomendable, ya que es el más seguro de lograr y en el que menos riesgo se asume.
Moderado. Es el inversionista que es más tolerante al riesgo, siempre y cuando vea rendimientos extras.
Arriesgado. Este inversionista quiere multiplicar su dinero, y está consciente de que deberá asumir un riesgo adicional. Eventualmente, este tipo de inversionista puede tener mayores ganancias, pero la clave es el tiempo.
GBM indica que si vas a ahorrar para tu retiro, lo recomendable es ser más arriesgado, simplemente porque hay mucho más tiempo para recuperarte de la volatilidad, y mucha más oportunidad para conseguir mejores retornos de tu inversión.