A los 19 años de edad y con estudios formales solo hasta el tercer año primaria, Roberto González Barrera fundó en 1949 una de las productoras de harina de maíz y tortillas más grandes del país… y del mundo.
Desde niño se dedicó a los negocios, y su primera actividad comercial fue la de alquiler cajones para bolear zapatos en Cerralvo, Nuevo León, ciudad donde nació en 1930, indica un perfil del empresario elaborado por Banorte, banco que adquirió junto con otros inversionistas en 1992.
“Tenía 40 años y ya era un hombre rico. De niño había sido bolero en su natal Cerralvo, Nuevo León; antes de cumplir 13, trabajaba como vendedor; a los 17, como perforador en las explotaciones de Pemex en Veracruz; a los 25 años, alumbró las calles de su pueblo trabajando para la empresa familiar, y en las postrimerías del sexenio de Díaz Ordaz era el dueño y señor del mayor fabricante de la cada vez más demandada harina de maíz, que producía con una tecnología propia”, relata el periodista Alberto Bello en un perfil sobre González Barrera (Los amos de México, 2011).
A los 11 años comenzó a trabajar en la tienda de productos lácteos de su padre, Roberto M. González Gutiérrez. Pero fue hasta 1948, después de emprender pequeños negocios, cuando inició su relación con el maíz, de acuerdo con el sitio web de México Desconocido.
Su primer molino
Tras convencer a su padre, en 1948 Roberto adquirió un molino de maíz, y un año después fundó una planta en Cerralvo, a la que llamó Molinos Azteca, antecedente de lo que después sería la organización empresarial Gruma, detalla el medio.
La innovación de la empresa estuvo en la industrialización del proceso de la nixtamalización (cocción con agua y cal, usada desde el México antiguo), lo que modificaría la forma de consumir este producto.
Con el método de nixtamalización, la empresa de Roberto logró beneficios en favor del medio ambiente, como el ahorro en agua potable, reducción en el consumo de gas, disminución en la emisión de gases y la reducción en la descarga de aguas residuales, comparte Banorte.
Agrega el grupo financiero que el empresario mantuvo la firme idea de “hacer industria” al buscar en todo momento crecer la capacidad de producción de sus plantas, a fin de lograr una mayor presencia de mercado mediante la harina de maíz.
El crecimiento de Gruma
En 1972 González Barrera decidió conformar Gruma, la compañía matriz que incluye a la marca líder Maseca. En ese año la empresa sólo tenía presencia en México y se alistaba para la internacionalización con la harina de maíz como su producto estrella, proceso que inició en Costa Rica. Para principios de los setenta, Gruma tenía 11 plantas.
Un año después abre el mercado centroamericano de la mano de Costa Rica para luego aprovechar la experiencia adquirida y expandirse a Estados Unidos. Para el 2000, y tras un proceso de crecimiento e internacionalización en Centro y Sudamérica, Gruma inició operaciones en Inglaterra.
En 2006 se inauguró la primera planta en Asia, en Shanghai, China, y tres años después, González Barrera colocó la primera piedra de su planta de nueva generación tecnológica en Australia.
Hoy en día, Gruma opera principalmente en Estados Unidos, México, Centroamérica, Europa, Asia y Oceanía. Cuenta con alrededor de 25 mil 800 empleados y 74 plantas.
En 2022 la empresa registró ventas netas por cinco mil 600 millones de dólares, de las cuales el 75% provinieron de las operaciones fuera de México, y en el primer trimestre de 2023 los ingresos netos crecieron 25% anual a mil 585.6 millones de dólares, según información financiera del grupo.
El banquero
En 1992 Roberto González Barrera y un grupo de inversionistas mexicanos adquirieron Banco Mercantil del Norte (Banorte), en aquel entonces un pequeño banco local de Nuevo León con una casi nula presencia nacional.
En 2011 se fusionó con Ixe Grupo Financiero, de modo que se integraron las operaciones de las dos instituciones bancarias en un solo grupo bajo el nombre de Grupo Financiero Banorte.
Hoy en día es el tercer banco más grande del país por activos al tener 1.59 billones de pesos, es decir, el 12.36% del total de activos de la banca, de acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
“Sus críticos afirman que debe su riqueza a sus relaciones con el poder en el México de la corrupción tolerada de los años sesenta, setenta y ochenta, en una industria que fue fuertemente subsidiada. Altos funcionarios de varias administraciones no le perdonan las presiones que ejercía sobre sus jefes políticos para lograr sus objetivos de negocio”, narra Alberto Bello.
Roberto, agrega el periodista, replicaba que su principal competidor era la industria tradicional, y que Maseca nunca creció tanto como con la liberación del mercado del maíz y la eliminación de los subsidios, definitiva desde 1999.
Roberto González Barrera falleció en 2012 a los 81 años de edad en Houston, Texas, debido a complicaciones del cáncer pancreático que padecía.