La presencia de grupos del crimen organizado en el país ha dejado a su paso múltiples y atroces consecuencias que van desde olas de violencia hasta problemáticas sociales que cada una de las administraciones ha buscado combatir. No obstante, el impacto e influencia que el narcotráfico ha tenido para las y los habitantes del país azteca se ha arraigado en un imaginario colectivo hasta convertirse en parte de la cultura.
Al respecto, la mañana de este viernes 23 de junio el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, hizo un llamado para orientar a las y los jóvenes que fácilmente pueden llegar a caer en lo que el mandatario tabasqueño consideró como una “modernidad mal entendida”.
Fue durante la tradicional conferencia mañanera que el líder Ejecutivo encabezó desde Tuxtla, Chiapas que se pronunció sobre la influencia que han tenido algunos productos culturales que retratan la supuesta vida de narcotraficantes en la sociedad mexicana.
Luego de que el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval, presentara un informe de seguridad de la entidad, Andrés Manuel López Obrador ponderó que Chiapas sea uno de los estados con la tasa de homicidios más baja en el país a pesar de tener una frontera.
De acuerdo con el mandatario tabasqueño, dicho factor está relacionado a las culturas que resisten en el estado, al México profundo, las costumbres, las tradiciones, así como a el bagaje y herencia cultural que se preserva entre la sociedad mexicana.
“Es de los estados con menos homicidios. (…) Se debe a las culturas, al México profundo, a las tradiciones y costumbres, a conservar nuestro bagaje y herencia cultural. Entre más vida comunitaria, menos delitos. Se debe a la integración de las familias, no está roto el tejido social”, aseguró.
López Obrador reconoció también que son los valores y la fraternidad entre comunidades las que han hecho de Chiapas un estado con una baja tasa de homicidios, además de que destacó que no existe una modernidad mal entendida como en otras zonas del territorio mexicano.
Bajo ese tenor, el mandatario tabasqueño comparó la situación de Chiapas con la de Guanajuato y es que, de acuerdo con su explicación, es en los estados en donde se consumen drogas que los índices delictivos -y sobre todo el de los homicidios- aumentan considerablemente derivado a las rencillas que bandas delincuenciales protagonizan en su afán de apoderarse del mercado.
Con dicho precedente, Andrés Manuel López Obrador sentenció que hay que poner especial atención en programas para orientar a los jóvenes, los cuales deberán tener como objetivo alejarles del consumo de cualquier tipo de narcótico: “Nada de que las drogas llevan al paraíso, no, es el infierno”, arguyó el líder del Ejecutivo.
Adicionalmente, el militante y fundador del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se refirió a la ‘narcocultura’ que con el paso de los años se ha arraigado en el día a día de la sociedad mexicana e hizo un llamado a cuestionarla y no dejarse engañar.
“Tenemos que evitar eso. Orientar orientar y orientar a los jóvenes. Nada de que es muy buena onda la música de ciertos corridos ahí, que es muy famoso el artista y que todo lo pintan color de rosa, muy viril, muy exitoso. ¡No! El que tiene adicción al fentanilo se puede morir en seis meses, es una droga terrible”, mencionó Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario tabasqueño hizo un llamado también a cuestionar y desmentir lo que series, canciones y otros productos culturales difunden sobre el estilo de vida de narcotraficantes.
“Nada de que ‘el que se dedica a eso vive feliz’. No, eso es efímero. Todo eso que transmiten las series de las residencias donde andan los jefes y las muchachas, muchachos guapos, autos de lujo, joyas... Eso es falacia, fantasía. La otra cara de la moneda es el sufrimiento de los jóvenes y sus familiares”, mencionó Andrés Manuel López Obrador.
Finalmente el mandatario tabasqueño argumentó que preservar tradiciones es la mejor forma de evitar que “les laven el cerebro” vendiéndoles ese tipo de productos como modernidad. “Al carajo con eso”, increpó para posteriormente añadir que la verdadera civilización es la gran herencia cultural que tiene el pueblo de México.