La docuserie de seis partes sobre el caso de la muerte de Paco Stanley ha puesto un orden cronológico en los sucesos alrededor de los hechos y sobre todo ha revelado algunos detalles inéditos sobre la vida de los involucrados y los pormenores de la investigación. Por ejemplo, Mario Bezares relató allí que durante su estadía en la cárcel pudo tener una suerte de protección gracias a que la madre de uno de los custodios era una fanática del famoso ‘Mayito’.
El caso Paco Stanley generó muchas teorías alrededor de los autores de su muerte. Algunos medios sugirieron que el crimen organizado estuvo involucrado en la ejecución; otros atribuyeron el incidente a un asalto a mano armada que se salió de control; sin embargo, la teoría más popular, y aquella que tuvo mayores consecuencias, fue aquella en la que su patiño Mario Bezares, en conjunto con la bailarina y edecán Paola Dorantes y un contratado externo llamado Erasmo Pérez Garnica, alias ‘El Cholo’, fueron los autores totalitarios del crimen.
Poco después del incidente, que ocurrió en junio de 1999, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal tomó el caso y de inmediato apuntaló las sospechas en contra del mencionado trío. Primero fueron detenidos mientras los detalles de la investigación eran recabados en su totalidad, pero un par de meses más tarde fueron trasladados al reclusorio en espera de una sentencia definitiva.
Durante su estadía en la cárcel los tres pasaron por varios momentos incómodos. Desde camas que en realidad eran colchonetas colocadas en el suelo, hasta acoso de parte de otros reos que estaban molestos con ellos por haber matado al “ídolo de la televisión” de aquel entonces. No obstante, Mario Bezares tuvo suerte e incluso al interior de la celda le fue requerido un autógrafo.
Ocurrió una noche en la que la frialdad de la celda ya calaba los huesos y en donde la oscuridad reinaba por todas las celdas y pasillos del recinto. Eran los primeros días de Bezares en el reclusorio, así que cuando recibió una visita inesperada en medio de la noche, creyó que el momento de lo peor había llegado.
“Y de repente oigo la reja que abre para pasar al pasillo y oigo unos pasos”, relató en el documental. “No había luz, no había nada. Me alusa y me dice, ‘tu eres Mario Bezares’, yo estaba acostado con unos cobijas y dije ‘ya valí madre’... ‘eh sí señor’”.
Lo que siguió fue que alguien muy corpulento abrió la celda en la negrura de la noche y entró sin invitación. Era uno de los cuidadores de la prisión, tan grande en tamaño que para el inseparable compañero de Paco Stanley, pareció como “un gorila”.
“Entra un gorila, o sea un custodio, pero enorme con unas manos que parecían manoplas y dije yo creo que aquí ya valió gorro”, continuó. “Y se acerca a mi y me dice ‘¿no me regala un autógrafo para mi mamá? Mi mamá está sufriendo mucho por usted, está llore y llore y me pidió de favor que viniera yo a verlo y que lo cuidara’. No pues ya sabrás, ‘pero por supuesto, ¿Cómo se llama tu mami?’ Y le doy su autógrafo y toda la cosa”.
A partir de entonces Mario Bezares sintió cierta protección en dicho lugar. Sin embargo, no por ello su estadía en la cárcel fue del todo placentera. Constantemente los presos le gritaban desde sus celdas que tomarían venganza por la muerte de Stanley.
Tanto Bezares, como Paola Dorantes y ‘El Cholo’ fueron liberados un año y medio después. Al final ninguna de las acusaciones en su contra se pudieron probar, y de hecho la docuserie sugiere que la razón de su liberación fue el cambio de poder en la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. Hasta el momento la carpeta en el caso de Paco Stanley sigue una resolución y un cierre definitivo.
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