El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador celebró este viernes el cese del fuego que pactó el gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) que se llevó a cabo durante el tercer ciclo de negociaciones de la Mesa de Diálogos de Paz, que se llevó a cabo en La Habana, Cuba.
Al acuerdo acudieron Gustavo Petro, presidente de Colombia, y Antonio García, jefe del ELN. En principio, tendrá una vigencia de 180 días, pero se podría extender “previa evaluación de las partes”.
En el evento, Petro, un exguerrillero que se incorporó a la política legal tras un acuerdo de paz con el M-19 en 1990, dijo que el pacto de cese del fuego con el ELN apunta a poner fin a la fase de la insurgencia armada en América Latina.
A través de un comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) señaló que a presencia de los dos líderes “reafirma la voluntad y compromiso de las partes para seguir avanzando en la anhelada visión común de paz para Colombia”
“La tregua celebrada hoy es producto del Acuerdo de México que el gobierno colombiano y el ELN firmaron durante la anterior ronda de negociaciones, que se llevó a cabo en México en marzo pasado”
El acuerdo de paz ocurre en medio de un momento complicado para Petro, quien enfrenta crisis en varios frentes internos: mientras el Congreso mantiene paralizadas sus reformas y militares retirados han lanzado una protesta inédita en las calles de Bogotá, el mandatario ha decidido separarse de su jefa de Gabinete, Laura Sarabia, y del exembajador de Venezuela, Armando Benedetti, envueltos ambos en un caso de escuchas ilegales y filtraciones a la prensa que amenazan con detonar un escándalo sobre el financiamiento de la campaña presidencial.
Cabe mencionar que al igual que Brasil, Chile, Cuba, Noruega y Venezuela, México es un país garante del proceso de negociación, mientras que Alemania, España, Suecia y Suiza integran el Grupo de Acompañamiento, Apoyo y Cooperación; mediante este esfuerzo internacional, se busca resolver un conflicto armado de seis décadas.
Los antecedentes
Las conversaciones de paz entre el gobierno de Petro y el ELN, una guerrilla binacional que tiene unos 5 mil combatientes en Colombia y otros mil en la vecina Venezuela, iniciaron el pasado 21 de noviembre en Caracas, donde las partes trabajaron en la agenda de negociaciones.
La delegación de la guerrilla, que encabeza Pablo Beltrán, aceptó retomar la agenda de seis puntos que quedó pendiente de un proceso de paz suspendido en 2019, cuando el ELN realizó un atentado explosivo contra la escuela de cadetes de la policía en Bogotá, en una acción que causó la muerte de 23 personas y provocó el repudio nacional y mundial.
El presidente de la época, el ultraderechista Iván Duque, un opositor a los acuerdos de paz con las FARC que se resistía a retomar los diálogos iniciados con el ELN por su antecesor Juan Manuel Santos, rompió en definitiva con el grupo insurgente y apostó por la guerra total.
Durante ese gobierno, que culminó en agosto pasado, el ELN se fortaleció. El nuevo proceso de paz con esa guerrilla de ideario guevarista e influida por la teología de la liberación es el sexto en el que participa desde que fue fundada, en 1964, por un grupo de jóvenes universitarios entrenados como guerrilleros en Cuba.