Qué grupo criminal estaría detrás de la balacera en la iglesia de Guachochi; tendría vínculos con el Cártel de Sinaloa

También identificaron a una de las víctimas. Tenía tan solo 21 años de edad

La Fiscalía General del Estado informó que en el lugar fueron asegurados 722 casquillos percutidos de armas de fuego

La Fiscalía de Distrito Zona Sur de Chihuahua identificó uno de los dos cuerpos que fueron encontrados el pasado lunes 5 de junio en la mañana en Santa Anita, Guachochi, tras una balacera que se registró en la iglesia del poblado.

El fallecido fue identificado por su madre como Claudio G.C. Tenía tan solo 21 años, y de acuerdo con el reporte de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Chihuahua, presentaba heridas por arma de fuego y “separación de extremidad cefálica”, es decir, fue hallado decapitado.

La FGE detalló que los restos fueron entregados a sus familiares para la realización de los servicios funerarios. Sobre el otro cuerpo aún no ha trascendido si ya fue identificado. MIentras tanto, la fiscalía detalló que continúa con lo operativos para dar con los responsables del ataque que, además de dejar dos personas sin vida, dejaron tapizada la iglesia del pueblo con agujeros de bala.

Las sospechas, de acuerdo con reportes de la prensa local, recayeron en “Los Salgueiro”, herederos de una organización delictiva que creció en los años 90, con el consentimiento de políticos, funcionarios e instituciones de seguridad del estado, y vinculados con el Cártel de Sinaloa.

El grupo criminal, según los reportes, sostuvo el enfrentamiento que se registró afuera de la iglesia de Santa Anita, Guachochi, pero también, al día siguiente, el 6 de junio, se supo que estuvieron involucrados en el municipio de Coronado, en la región sur del estado.

En los dos eventos la FGE detectó la presencia de subordinados de Ruperto S.N, alias “El 37″, operador de Los Salgueiro, quienes mantienen una rivalidad territorial en el municipio de Jiménez con el llamado Nuevo Cártel de Juárez, encabezado por “El Piporro” o “El Félix”.

@LupitaJuarezH

El violento enfrentamiento en Santa Anita habría provocado que varios habitantes de la comunidad abandonaran sus hogares por el temor a que ocurra otro episodio violento.

El fiscal general de Chihuahua, César Gustavo Jáuregui, dijo que si bien no fueron muchas las familias que abandonaron el poblado, si se pudo confirmar que dichas acciones derivaron de los hechos violentos que se registraron en la iglesia. Aseguró que la fiscaía ya trabaja para “brindarles seguridad”.

El padre Javier “Pato” Ávila, presidente de la Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos, señaló que le parecía raro que prácticamente toda la agresión fuera dirigida al templo religioso.

“Se me hacer muy raro que se esté llegando a esos niveles de agresividad, porque es contra los espacios que son de los más respetables para todo el pueblo. Es una profanación. Después de esto ha quedado mucho miedo en la comunidad”, señaló en entrevista con Milenio.

El Sacerdote señaló que en caso de tratarse de un mensaje directo contra la iglesia, lejos de amedrentarse, la comunidad religiosa se “acrecienta” en su compromiso con la paz. “Es un impulso a que sigamos trabajando incansablemente por la paz”.

El 20 de junio de 2022, los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales, de 79 años, y Joaquín Mora Salazar, de 80, intentaron auxiliar y brindar protección al guía de turistas Pedro Palma, quien entró a una iglesia en la comunidad de Cerocahui huyendo de personas armadas, por lo cual los tres fueron asesinados.

Las muertes de los religiosos fueron condenadas por organizaciones civiles y la comunidad jesuita en México, que destacó que al menos siete sacerdotes habían sido asesinados durante la administración del presidente López Obrador, quien días después del asesinato prometió una investigación “a fondo” y ofreció recompensa por el presunto homicida, quien en marzo pasado fue encontrado muerto.