Dos personas, un cajero automático y una trampa. Así es como ladrones de tarjetas enganchan a sus víctimas para despojarlas de su dinero en la Ciudad de México (CDMX).
Fue mediante la página de Facebook, Los Supercívicos, en donde se expuso el modus operandi de dos hombres que intentaron estafar al ciudadano identificado como Arturo El Comandante Hernández — y quien grabó todo el suceso.
El par de presuntos delincuentes abordó a la víctima cuando salía de un cajero automático del banco Scotiabank. Tras permitir el paso al primero (de playera gris y pantalón de mezclilla), el segundo sujeto le notificó a Arturo que el primer hombre había supuestamente notado un error en el cajero que recién había utilizado.
Cuando volvió al interior del cajero, el primer hombre que ingresó a la caseta le sugirió volver a ingresar su tarjeta a la máquina para asegurarse de que “no le haya quitado la lana”: “Así le pasó a mi vieja y le quitó la feria”, comentó entre balbuceos, mientras la víctima intentaba entender cuál era la falla.
En ese momento, el segundo sujeto — quien esperaba afuera del lugar — respaldó a su compañero y aseguró que dicho cajero, según, no emitía ningún tipo de comprobante al momento de disponer efectivo: “Cheque su saldo. Así le pasó mi esposa. Cobró mil pesos y no le dio ticket. (...) No sirve”, comentó.
Ante la incongruencia de información y la similitud de los argumentos, Arturo comenzó a sospechar y optó por no acatar ninguna de las recomendaciones y salir del cajero antes que la situación pudiera avanzar.
“Sospechosos ustedes. No veo lógica en lo que dices”, exclamó el ciudadano a los dos hombres que intentaron fingir demencia. Sin embargo, advirtió Arturo, su modus operandi quedó documentado por la cámara que llevaba en su caso de protección. “Te gusta el fraude, ¿no amigo? Acá está grabado”.
“Ellos con una actitud muy de trampa me pedían que nuevamente metiera la tarjeta quién sabe qué. (...) Se ve que son de fraude. Se fueron corriendo luego luego que los encaré”.
Así operan los “rateros de cajeros”
Un día después de los acontecimientos, El Comandante regresó al cajero donde habría sido blanco de un presunto fraude — con intenciones de robo — a fin de explicar a las y los internautas cómo operan los “rateros de cajeros”.
Según la explicación, el modus operandi requiere de dos personas: una primera que ingresa al cajero para “manipularlo” a fin de engañar a la víctima, y la segunda que se mantiene afuera del lugar. Para esta operación, destacó, los presuntos ladrones mantienen la puerta de la caseta abierta.
De ese modo, el primer sujeto selecciona la opción de “Retiro sin tarjeta” a fin de que arroje una opción para el ingreso de un código de seguridad y una clave numérica. Con ello, puntualizó, el par de delincuentes logran confundir a la víctima al hacerle creer que su sesión quedó abierta.
“Cuando eres una persona mayor, es cuando te la aplican. ¿Qué es lo que hacen? Tu pones tu código de seguridad (...) El otro observa, ya tiene tu código y después, por alguna razón, cambian tu tarjeta”, explicó.
Con ello, el ciudadano Arturo reiteró en las recomendaciones de seguridad básicas para cuando se acude a un cajero automático; siendo la principal el no conversar con gente extraña.
“Jamás platiquen con alguien en un cajero automático. Los cajeros automáticos no son clubes sociales para estar platicando”.
Asimismo, señaló que los dos sujetos que le habrían intentado estafar serían extranjeros — posiblemente, de algún país de Sudamérica. No obstante, pidió no estigmatizar a las y los latinoamericanos residentes en México por el hecho que le sucedió.
“Tenían un acento colombiano-venezolano. Todos los colombianos Y venezolanos que vienen a trabajar a México son gente chambeadora. Estos dos eran unos fraudulentos, tramposos, rateros. Como también hay mexicanos que hacen cosas mal en otros lugares”, indicó.