El pasado 8 de mayo el Consejo Político Nacional (CPN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI) renovó el tiempo de su actual Dirigencia Nacional, a cargo de Alejandro Alito Moreno Cárdenas y Carolina Viggiano Austria, por lo que se llamará a elecciones al interior del tricolor hasta pasados los comicios del 2024.
La motivación para llevar a cabo este movimiento fue poder trabajar “con tranquilidad y sin interrupciones” rumbo a la sucesión presidencial; sin embargo, previo al proceso electoral del próximo año, el PRI deberá de enfrentar las elecciones en el Estado de México y Coahuila, por lo que los resultados en los últimos bastiones priistas serán fundamentales para conocer el futuro del partido.
Asimismo, conviene recordar que el resultado del tricolor no depende exclusivamente de él, puesto que decidieron ir en coalición con el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), la cual es popularmente conocida como Va por México.
¿Qué pasaría con el PRI si se pierde el Estado de México?
No obstante, más allá de que actualmente forman parte de una alianza electoral y legislativa, la pérdida del Estado de México podría ser uno de los golpes más fuertes que podría recibir el partido que se fundó en 1929 debido a que no sólo perdería poder político a nivel nacional, sino que dejaría de recibir un buen presupuesto económico, ya que se trata de la entidad con mayor población y electorado.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Edomex cuenta con 16 millones 992 mil 418 ciudadanos, lo que la convierte en el estado más poblado. Además tiene el quinto municipio con más habitantes del país, se trata de Ecatepec de Morelos, el cual contabilizó en 2020 un millón 645 mil 352 de pobladores.
Aunado a lo anterior, el Estado de México también es uno de los estados de la República Mexicana con más electores, pues tiene más de 12 millones 705 mil 859 personas inscritas en el Padrón Electoral; sin embargo, sólo 12 millones 693 mil 54 personas cuentan con la credencial de votar vigente, así que serán las que tendrán en sus manos la elección de la próxima mujer que gobernará la entidad.
La elección del Edomex como antesala del 2024
Es por lo anterior que un resultado favorable para el PRI podría ser una antesala de cómo sería el voto en el 2024 y una oportunidad de tener mayor poder que el que les quedó tras 2018 y 2021, ya que es una de las entidades que más votos da a nivel nacional para la elección presidencial —aproximadamente el 15%—, la próxima pugna que se robará los reflectores a nivel nacional.
Sin embargo, una derrota podría ocasionar que el Revolucionario Institucional se relegue en el escenario político mexicano, debido a que actualmente sólo gobierna Durango —aunque se trata de un gobierno de coalición— y quedaría ver si obtiene la victoria en Coahuila, en caso de hacerlo, sólo tendría bajo su mando a dos entidades y atrás quedaría el partido que dominó cada uno de los puestos de elección popular durante el siglo XX.
Aunado a lo anterior, volver al protagonismo le sería difícil, pues perder la elección también le significaría perder el presupuesto para actividades ordinarias y específicas que las autoridades electorales le dan cada año, las cuales este 2023 —sin contar el rubro para la obtención del voto— sumaron más de 209 millones de pesos, por lo que sus actividades se verían reducidas en un municipio fundamental para las elecciones nacionales.
Lo anterior también le significaría un problema para negociar con sus aliados, PAN y PRD, para los comicios del próximo año, debido a que podría no tener un respaldo para poder tener mayor injerencia en la designación de candidaturas en las entidades, el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo.
Finalmente, entonces la extensión de mandato de la dirigencia nacional, a cargo de Alito Moreno y Carolina Viggiano, se podría enfrentar a algunas turbulencias, pues al perder uno o los dos últimos bastiones priistas dejaría al partido en el olvido de la política nacional, lo que causaría mayor pérdida de militancia o ya no ser un instituto nacional, sino que su poder quedaría sólo en algunas entidades, algo que nunca vivió ni siquiera cuando se perdió la presidencia en el 2000.