La mitomanía se trata de un trastorno psicológico de la conducta que lleva a las personas a mentir de manera compulsiva. Por lo tanto, una persona mitómana se dedica a mentir e inventar anécdotas fantásticas de forma repetitiva con el único objetivo de obtener algún beneficio inconscientemente.
Algunos de los beneficios inmediatos que buscan son; atención, admiración, evitar un castigo, etc., gracias a las ganancias que consigue el usuario, la conducta se ve reforzada, por lo tanto la mitomanía se convierte en una conducta adictiva.
De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico, DSM por sus siglas en inglés, encuadra dicho padecimiento como a un trastorno de personalidad antisocial, ya que se caracteriza por crisis emocionales, sin embargo no se le considera como que la persona en cuestión porte otra personalidad, ya que generalmente es sintomática.
Según un estudio realizado por la Universidad de California, se pudo observar que al menos el 40% de las personas mitómanas padecía epilepsia y contaban con antecedentes traumáticos o infecciosos.
Asimismo, se detectó que una mayor proporción de materia blanca en el lóbulo frontal del cerebro, lo que se traduce en una menor preocupación por los aspectos morales al momento de mentir, acompañado de desinhibición.
Dichas características propician que la conducta se repita con frecuencia, hoy en día se estima que 1 de cada mil menores de edad presentan este trastorno conductual. De acuerdo con el instituto psicológico Caritas, los usuarios que son mitómanos cuentan con las siguientes características en su comportamiento:
- Baja autoestima: motivo por el cual tienen una necesidad de recibir atención por parte de las demás personas e intentan conseguirla a través de mentir espontáneamente.
- Falta de habilidades sociales: ya que solo saben vincularse con otras personas por medio de mentiras.
- Cuentan historias o anécdotas en las que salen victoriosas: normalmente hablan de logros y de situaciones favorables para causar admiración en los demás.
- Historias argumentadas con numerosos detalles: en muchas ocasiones la persona se cree sus propias fantasías.
- Desean obtener un beneficio: como atención o buena valoración por parte de quienes lo rodean.
- Las mentiras se vuelven una compulsión: los engaños se convierten en un hábito de vida y les resulta fácil continuar, a pesar de ser descubierto seguirá insistiendo en sus mentiras.
- Generalmente las historias cuentan con una parte de realidad y otra de fantasía.
- Tiene niveles altos de ansiedad al momento de mentir: debido al miedo de ser descubiertos, lo que los pone nerviosos.
- Cuentan con una vida social deteriorada: el hecho de ser descubiertos en sus farsas hace que su entorno social se distancie o rompan los vínculos, quedando la persona aislada.
¿Cómo se puede tratar la mitomanía?
De acuerdo con dicho instituto psicológico, en primer lugar se deberá tener en cuenta que la mitomanía es una consecuencia de algún otro trastorno psicológico, por ejemplo; un trastorno antisocial o de dependencia a sustancias adictivas, por lo tanto el tratamiento para contrarrestarlo se basará fundamentalmente en:
- Fortalecer la autoestima de la persona.
- Mejorar las habilidades sociales y la resolución de conflictos.
- Reeducar la percepción y creencias erróneas.
- Tratar el manejo de la ansiedad.
Adicionalmente, será fundamental el compromiso por parte del paciente, para que el tratamiento realmente sea exitoso, demás, el apoyo proporcionado de su entorno social también será una pieza clave en su recuperación.
Para tener una recuperación efectiva, será necesario asistir con un profesional de la salud mental, ya sea un psicólogo o psiquiatra, mientras que el tratamiento dependerá de los diferentes síntomas que presente el paciente de la presencia o no de otros tipos de trastornos psicológicos.