Como cada año, el 3 de mayo se conmemora el Día de la Santa Cruz, una festividad religiosa que se le celebra a los trabajadores de la construcción, o sea los albañiles.
Dicha celebración, como cualquier otra, tiene sus orígenes; sin embargo, en esta ocasión tiene una combinación de tradiciones religiosas y culturales que se remontan a la época de la Conquista de México.
La festividad del Día de la Santa Cruz incluyen procesiones, fiestas, bailes y comidas típicas. Aunque la festividad se celebra en varios países, cada región tiene su propia forma de celebración.
Sin embargo, ¿sabes cuál es su origen y por qué se celebra el 3 de mayo?
Todo comienza en Jerusalén y hace referencia a la cruz de madera donde murió Jesús, la fecha se instauró desde el 326 cuando se encontró la reliquia que es sagrada para la religión católica.
No obstante, años atrás, en el 311, Eusebio Cesarea, uno de los primeros historiadores del cristianismo, señaló que el emperador de Roma, Constantino I, hijo de Santa Elena, tuvo una revelación antes de la batalla contra Majencio, vio una cruz en el cielo y escuchó que alguien le decía que con ese signo vencería, por lo que la mandó poner en la bandera de su ejército y triunfó en la batalla.
Otros escritores agregan que Santa Elena fue a Jerusalén en busca de algunos vestigios de la pasión de Cristo y encontró el 3 de mayo fragmentos de tres cruces de madera, para saber en cuál crucificaron a Jesús, imploró la salud de varios enfermos, y a través de la sanación de ellos logró determinar en qué madero fue crucificado.
Desde entonces, el 3 de mayo se festeja el aniversario del descubrimiento de la Santa Cruz, en la que los festejos consistían en la representación del descubrimiento de la Cruz por la Emperatriz Elena, quien tocó a una mujer mortalmente enferma con las tres cruces, las dos primeras no le causaron ninguna impresión, pero cuando fue tocada por la tercer cruz, se puso de pie, curada milagrosamente.
¿Cómo se celebra en México?
En nuestro país, la celebración de la Santa Cruz, fue adoptada en referencia a los albañiles, como patrona de ellos. Y es que durante la construcción de cualquier estructura, estos trabajadores tienen la costumbre de adornar la cruz con flores para no sufrir ningún tipo de accidente que pueda acabar con su vida.
Durante este 3 de mayo, en la capital mexicana se acostumbra a bendecir la cruz, realizarle una misa, mientras que en varios pueblos, municipios o colonias ponen ferias y organizan bailes para celebrar.
Cabe destacar que son los albañiles los principales encargados de preparar la fiesta de la Santa Cruz, apoyados por toda la comunidad, pues en la mayoría de casos, es toda la comunidad la que cubre los gastos de esta celebración. Dentro de esta, además de las actividades eclesiásticas, como el bendecir la Cruz, adornarla con flores (de papel, lienzo o naturales), realizar una misa especial, podemos encontrar, la quema de toritos, concursos para los niños como el palo encebado, o competencia de costales, al igual que danzas como las Pastoras y los Vaqueros; la hora de la comida es acompañada de pulque, tequila, o alguna otra bebida y, amenizada con mariachis.
La oración para rezar el 3 de mayo, Día de la Santa Cruz, se basa en exaltar las virtudes de la cruz como elemento que reúne a todos los fieles creyentes y les recuerda el sacrificio que hizo Jesús por ellos.
“¡Oh Santa Cruz! Madero Hermoso en donde murió mi Señor para darme eterna luz y librarme del contrario, ante ti me humillo y reverente, imploro a mi Señor Jesucristo que por los padecimientos que sobre ti recibió en su Santísima Pasión me conceda los bienes espirituales y corporales que me convengan.
Elevada ante el mundo, eres faro luminoso que congregas a tu alrededor a la cristiana grey para entonar cantos de Gloria al Cristo Rey, al Dios Hombre que, siendo dueño de todo lo creado, permitió ser crucificado sobre Ti para la redención del género humano.
Sobre ti se operó el asombroso misterio de la redención del mundo, desde entonces libra al cristiano de la culpa original, puede llamarse Hijo de Dios Eterno y aspirar a la gloria celestial.
¡Bendita seas! Por los siglos de los siglos, fuiste entre los paganos signo de valor y afrenta y hoy eres emblema del cristiano y esperanza para ser perdonado por el sublime sacrificio de mi Señor Jesucristo, a quien esperamos servir y honrar por toda la eternidad. Amén”.