Luego de conocer que los incidentes de tránsito son la primera causa de muerte a nivel mundial, el Senado de la República aprobó la llamada reforma a la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, para que en calles aledañas a escuelas, hospitales, albergues y asilos se tome en cuenta un nuevo límite de velocidad.
De ese modo, la Cámara Alta puso freno a las altas velocidades que se han registrado en estas zonas principalmente, pues consideran que ayudará a bajar el índice de mortalidad de los peatones o accidentes graves.
Y es que los incidentes viales fueron la principal causa de fallecimiento a nivel mundial en personas de 5 a 29 años. Mientras que en México en niños de entre 5 a 14 años y la segunda en jóvenes de 15 a 24 años, revelaron cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2021.
De manera general, más de 14 mil personas perecieron a causa de hechos de tránsito, y de éstas, 55% tenían entre 5 y 39 años en el país.
¿Cuál será el nuevo límite de velocidad permitido?
De acuerdo con la reforma de Ley, los automovilistas deberán respetar una velocidad de hasta 20 kilómetros por hora en vías adyacentes de colegios, albergues, hospitales y asilos.
La decisión fue evaluada debido a que el exceso de velocidad es uno de los principales factores de riesgo que provocan muertes y lesiones. Por ejemplo, la probabilidad de que un peatón muera a raíz de un accidente con un vehículo que circula a 50 km/h es de más del 80%, pero si se reduce a 30 km/h sería de un 10% y a 20 km/h cerca del 5%.
Esta reforma a la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, fue aprobada el pasado 28 de abril y turnada en noviembre de 2022 desde la Cámara de Diputados.
Hay que recordar también que, hasta ahora, en México únicamente en cuatro reglamentos de tránsito (Colima, Ciudad de México, Jalisco y La Paz, Baja California Sur) se considera la definición de velocidades máximas en vías con base en sus usos de suelo y funcionalidad y no sólo por su jerarquía vial.
En ese caso, con la modificación al artículo 49 de la LGMSV, ahora se estableció la velocidad máxima de 20 kilómetros por hora en entornos escolares, zonas de hospitales, asilos, albergues y casas hogar. Para las escuelas ubicadas en vías primarias y carreteras, el límite es de hasta 30 km/h.
La modificación se construyó con el apoyo de organizaciones de la sociedad civil, incluyendo al Instituto de Recursos Mundiales México (WRI México, por sus siglas en inglés), al Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP por sus siglas en inglés) y a la Coalición Movilidad Segura.
La diputada Cynthia López Castro, quien promovió esta iniciativa, respaldó y aplaudió su aprobación, ya que aseguró que reducirá este problema en las principales calles cercanas estos lugares concurridos.
“Esta iniciativa, inspirada en los objetivos establecidos por la ONU, hoy es aprobada en
México con respaldo de organizaciones de la sociedad civil, autoridades gubernamentales y con el consenso de todos los partidos políticos en la Cámara de Diputados y en el Senado. Esto es muestra de que, en México, combatir los siniestros viales y las lesiones y pérdidas de vidas asociadas es una prioridad” dijo.
Además, reiteró que se trata de una modificación con la que se dará paso en la dirección correcta para garantizar dos derechos fundamentales: “el derecho a la movilidad en condición de seguridad y el derecho a la educación. Cualquier muerte o lesión por siniestros viales es inaceptable y debemos proteger especialmente a los usuarios más vulnerables de la vía. Debemos garantizar entornos escolares seguros y sensibilizar a la ciudadanía en que bajar la velocidad salva vidas.”
Años atrás se intentó establecer tiempos en torno al tema. Desde 2018, WRI México presentó el programa denominado “Las Niñas y los Niños, Vamos Primero”, el cual impulsó la adopción de límites de velocidad seguros en entornos escolares, con lo cual ha apoyado a gobiernos locales en la creación de reglamentos de movilidad y seguridad vial.
También, en junio de 2022 publicó la “Guía de entornos caminables seguros”, donde muestra que es crucial cambiar el paradigma de la calle como el espacio público que es eje central de la vida urbana, por un espacio que permita el ejercicio de la ciudadanía, por lo que su diseño juega un papel clave.